JUAN BAUTISTA VICINI BURGOS (1871-1935)
Continuando
con personajes importantes del período de la intervención norteamericana de 1916-24, para que nuestros lectores se
formen una clara idea de la misma, dedicamos esta columna al Presidente
Provisional Vicini Burgos, quien organizó las elecciones del 15 de marzo de
1924.
Nació
en Santo Domingo, de madre dominicana, su padre el inmigrante italiano Giovanni
Vicini, había llegado al país en la década de 1860 y supo aprovechar el auge de
las industria azucarera de los 1880, para amasar una fortuna. Su amistad, con
el dictador Ulises Hereaux, de quien era uno de sus prestamistas, lo ayudó en
esta empresa.
El
joven Juan Bautista, fue enviado a
educarse a Europa, en los mejores colegios de la época, por lo que
dominaba, además del español y el italiano, el francés y el inglés. Al morir su
padre, pasó a administrar sus bienes..
Cuando
la comisión de notables integrada por El Arzobispo Nouel, Horacio Vasquez,
Elías Brache, Federico Velasquez y Francisco J. Peynado, que de acuerdo con el
plan Hughes Peynado, debía seleccionar al Presidente Povisional para que organizara
las elecciones de 1924, no pudo seleccionar a unanimidad al sacerdote Armando Lamarche,
por la oposición de Brache y decidieron que era preferible hacerlo de esa
manera, lograron hacerlo en la persona de este brillante y honrado dominicano.
El
21 de octubre de 1922, tomó posesión de su cargo sustituyendo al gobernador norteamericano Robison, quien
abandonó el país ese mismo día.
A
pesar de circunstancias que lo favorecieron
en su misión, como la finalización de las guerrillas del este, el apoyo de
Sumner Welles y su comisión y la concentración
de los marines en los campamentos que le fueron señalados en el territorio nacional,
bajo el comando del Gral Harry Lee, para evitar incidentes con los civiles
nacionalistas, su misión tropezó con grandes dificultades de parte de los
dominicanos, que el supo superar.
Americo
Lugo organizó varios grupos anti-elecciones y activamente recorría el país
incitando a los dominicanos a no inscribirse en el registro electoral que se
estaba formando y a no votar; creó la Junta de Abstención Electoral y la Asociación de Jóvenes dirigida por Rafael
Estrella Ureña. También estaban Las Juntas Nacionalistas y la Junta Patriótica
de Damas, todos remachando la pura y simple, como la forma de terminar la
intervención.
A
pesar de la elocuencia de los oradores nacionalistas, gradualmente, Lugo y sus
grupos, fueron perdiendo el apoyo de la población, que se entusiasmó con la
campaña de los candidatos a los diferentes cargos electivos.
Lo
mas difícil fue que los aspirantes a cargos electivos se pusieran de acuerdo sobre
quien debía presidir las juntas electorales locales, que se organizaban en todo
el territorio nacional, para llevar a cabo las elecciones. Agrias disputas se
suscitaron en la designación de estas personas y Vicini Burgos tuvo que
revestirse de paciencia, para sortear estas situaciones.
Resultaba
evidente, que los años de la intervención, no habían contribuido a la madurez
de la conducta político-partidista de
los dominicanos.
Tuvimos suerte de que en esos años
apareciera un hombre fuera de serie, con las características de Juan Bautista Vicini
Burgos, que reuniera las condiciones para dirigir el país en estos días
difíciles de transición, para conjugar el patriotismo ardiente por un lado, con
la ventaja política por el otro y conducir la nación a un final de recuperación
de la independencia política. La autonomía económica, estaba fuera de sus manos
alcanzarla.
Entregado
el poder a Horacio Vásquez, Vicini Burgos se marchó tranquilamente a su casa, a
ocuparse de los negocios de la familia, lo cual realizó hasta su muerte, once
años después, con notable éxito. .
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