sábado, 24 de noviembre de 2018

Rubirosa. Las tres peliculas

Rubirosa las tres películas

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 23.11.2018 - 6:48 pm
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Cuando se hace una película o una serie de películas en este caso, sobre una época no muy lejana, como la tiranía trujillista, se corre el riesgo de que personas que la vivieron, puedan hacer comentarios  al respecto y hacer señalamientos, para preservar la verdad de ese tiempo y no dejar que se confundan, aquellas personas jóvenes que no la vivieron, ni  pueden imaginarse como se vivía en esos días.
           
Debe también decirse, que en las novelas históricas, se permite a los autores apartarse de la realidad y presentar cosas  imaginarias, para hacer el producto que se ofrece al público, mas vendible o adaptarlo  a la idea que se quiere transmitir. Eso sin embargo, tiene sus límites.
           
En esta novela histórica, se quiere vender que el mas célebre Don Juan dominicano, era un hombre de acción, que también era antitrujillista y que hacía un doble papel de colaborar con  los enemigos del tirano, aún estando en la intimidad de su familia.

Nada mas lejos de la verdad.
Rubirosa siempre fue leal a Trujillo y le sirvió varias veces a nivel internacional, a veces en asuntos turbios, aprovechándose de esa relación para su beneficio personal y jamás le hubiera propinado un batazo a Ramfis en la cabeza por detrás, para ayudar a escapar a una enemiga del régimen. Me parece que ahí la imaginación llegó demasiado lejos.
También sobrepasó los límites de lo creíble, el colocar una mujer a participar activamente en la emboscada contra Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961.
Trujillo tenía una obsesión en rodearse con personas de buen aspecto  físico y no solo Rubirosa entró en esa categoría, Manuel de Moya Alonso, fue enviado a buscar por el Jefe e incluido en su comitiva, cuando lo vió en un anuncio en Nueva York y le dijeron que ese hombre era dominicano

Por otro lado hay falta de imaginación en varias cosas. Mencionaremos tres de ellas:

a) Como que en las tres películas se toca la danza Era Gloriosa al finalizar.
Hubiera bastado con ponerla una sola vez y utilizar otras piezas musicales compuestas en  honor a Trujillo,  a quien como a todos los personajes importantes, los artistas le dedicaban  composiciones. El merengue San Cristobal, hubiera servido para el final de una de las entregas y  la  marcha Coronel Trujillo en otra.

b) Lina Lovatón fue la reina de belleza del carnaval de 1937, carnavales de la alta sociedad de esa época, que se celebraban anualmente  en Santo Domingo y no se le presentó así. Fue  una vulgaridad la escena en que ella inició sus relaciones sexuales  con Trujillo. Eso jamás pudo ocurrir así y la denigra ante la historia.

c) Anselmo Paulino, era un hombre alto, de piel oscura, barrigón, que continuamente llevaba lentes oscuros puestos  para ocultar que era tuerto y fue el favorito de Trujillo por varios años. Extrañamente, nadie parecido a Anselmo, aparece en ninguna de las tres películas.

En vida de Rubirosa, jamás se dijo que poseía un pene de un tamaño descomunal y aparentar en una escena de la tercera entrega,  que era comparable al de un asno, fue una idiotez. La vida de Rubirosa y Ramfis en los Estados Unidos, a finales de la década de los 1950, pudo utilizarse para presentar a Rubirosa, como el alcahuete de Ramfis con las estrellas de Hollywood de la época y ponerlo a darle una trompada y dejarle un ojo negro a Zsa Zsa Gabor, lo hubiera presentado de forma mas creíble, como un hombre de “acción”, que el batazo a Ramfis.
   
No todo es malo en la película. Es la primera vez que veo que se presenta a Trujillo mas cercano a lo que fue, aunque su voz no se acerca a la realidad y era algo mas alto de lo que se le presenta. Flor de Oro y María Martinez, agradecerían la forma en que se las presentó. A esta última  se olvidó  engordarla al final de la Era.
Se puede pasar un buen rato en esta serie de películas, si se olvida usted de la trama, que es un disparate, porque  se presentan escenas creíbles de un régimen que la mayoría preferimos olvidar, pero que tuvo su lado positivo.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Duarte en el interior de Venezuela

Duarte en el interior de Venezuela

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 16.11.2018 - 6:51 pm
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JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA. LXX

Recientemente en investigaciones sobre este período de la vida de Duarte, promovidas por el Instituto Duartiano, en Caracas, cuando estuvo presidido por el Lic Gustavo Wiese, se obtuvieron  datos objetivos relativos a ella.. Ya en 1972, una investigación  patrocinada por CONDESUR y la Universidad Central de Venezuela  (UCV), a la que se integró Juan Jimenez de la Rosa,  viajó hasta la aldea de Rio Negro, en el estado Amazonas, en la frontera de Venezuela con Brasil y no  encontró rastros, de que  Duarte hubiera estado por allí.. (Ver Boletín del Instituto Duartiano de 1973, pag 84-94).
           
Para 1972, San Carlos de  Rio Negro era una aldea que contaba con 600 habitantes indígenas, en proceso de ser convertidos al cristianismo, por misioneros salesianos, que dirigían su parroquia. (Ver obra citada pag. 85 y 86) Al parecer, anteriormente se confundió el nombre de la extensa región del sur de Venezuela, a la que llamaban Rio Negro y que luego se le cambió el nombre por Amazonas, con el de la aldea situada en el límite con Brasil, a orillas del rio con ese nombre.  El estado de Amazonas tiene  frontera al norte con el estado de Apure, situado en el centro de Venezuela, del cual  su capital es San Fernando de Apure.
   
Hoy sabemos a ciencia cierta, que Duarte, en 1856, estaba en la población de Achaguas, en el estado de Apure, donde figura como  miembro de la Sociedad Joven Achaguas y se dedicaba al negocio de  vender piel de caimán y plumas de garza, al mercado europeo, donde se cotizaban a buen precio.(Ver Ayala Lafeé, Cecilia; Wilbert, Werner; Calles, Ariany. Juan Pablo Duarte  en la Venezuela del Siglo XIX. Historia y leyenda. Publicación del Banco Central de la Republica Dominicana, Departamento  Cultural, 2014, pag 151).

Asimismo en Achaguas, falleció en ese 1856, su amigo, fundador de esa sociedad, Marcelino Muñoz, a quien Duarte dedica  una elegía fúnebre. El párroco de Achaguas en 1853 era Juan Bautista Sangenis (ver obra señalada pag 150) quien fue luego trasladado a la parroquia de San Fernando de Apure, donde era el párroco para 1860.
   
Hay que saber que la situación política  de Venezuela durante estos años de 1846 en adelante  fue sumamente turbulenta. Desde 1846, conservadores y liberales se enfrentaban en sangrientos conflictos y a seguidas tuvo lugar la llamada  guerra larga o revolución federal, que ocupó todo el primer lustro de la década de los 1850. Fue en estas circunstancias, que un incendio destruyó la vivienda donde estaba alojado Duarte y esté no pudo salvar sus documentos, por lo que los detalles de su estadía en estos años por la tierra de Bolívar, se perdieron.         Es muy posible que el primer contacto  de Duarte con Sangeni, fuera en Achaguas y que surgiera una amistad entre ellos, que determinó que  Duarte terminara estableciéndose en San Fernando de Apure, desde donde reinició la correspondencia con sus familiares en Caracas, a finales de 1859 o principios de 1860, cuando pensó que el duartismo ya habría desaparecido en la república que había fundado.
           
Así que en las investigaciones realizadas al respecto, no apareció rastro de Duarte por la aldea de San Carlos de Rio Negro, sino en Achaguas y luego en San Fernando de Apure, ambas en el estado venezolano de este nombre. La evidencia encontrada por estos investigadores es, que Duarte no estuvo fijo, aislado, amargado, en un sitio remoto, sino moviéndose de un sitio a otro, en el centro de Venezuela, en medio de revoluciones y haciendo negocios, hasta que se atenuó su  indignación por la vileza política de que fue objeto en 1844 y el atropello a sus familiares en 1845.
Ciertamente que sus condiciones  de vida fueron duras, durante todos estos años y dejaron marca en su físico, tornándolo magro de carnes, como luego fuera descrito.
Debemos consignar que la tuberculosis en estas regiones selváticas es frecuente y aun en la actualidad, en la parte al sur del desierto de Sahara en Africa, esta enfermedad junto a la malaria, constituyen un azote en la región, de ahí mi suposición, que Duarte contrajo en estos años esta enfermedad, que figura en su certificado médico de defunción.

. Así las cosas, el 10 de abril de 1862, recibió Duarte un sobre, con un recorte de  periódico dentro, enviado por sus hermanas desde Caracas.
 

sábado, 10 de noviembre de 2018

¿Cuando desapareció Duarte hacia el interior de Venezuela?

¿Cuándo desapareció Duarte?

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 09.11.2018 - 7:07 pm
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DUARTE LXIX

Uno de los hechos, cuando se indaga sobre la  vida del fundador  de este país, que produce el mayor desconcierto  es, ¿cuando abandonó Caracas hacia el interior de Venezuela,  perdiendo contacto con todos sus relacionados hasta entonces?.
Si se investigan varios autores,  cada uno ofrece una fecha y versión diferente.
   
El tema es importante, porque cuando el 26 de septiembre de 1848, el Pte Jimenes decretó una amnistía y anuló el decreto de Santana de 1844, expulsando a Duarte y sus colaboradores mas cercanos de por vida, tildándolos de traidores a la patria, Duarte fue el único de todos, que no regresó, y yo pienso que no regresó, porque no se enteró del decreto.
   
Como no hay datos precisos al respecto (porque todo lo que Duarte escribió sobre su estancia en el interior de Venezuela se quemó accidentalmente), al  igual que los demás, voy a usar mi discernimiento en este asunto. .
Veamos:
           
Los datos mas confiables sobre la desaparición de Duarte, están en las memorias  que escribió su hermana Rosa donde dice:  6 de abril (1845); “Abracé a mi querida madre y hermanas  en la Guaria y legué a ese Dios de  justicia el castigo de tanta iniquidad, a tanta maldad. 12 años estuvo errante por el interior de Venezuela”. Ver  Duarte, Rosa. Apuntes de Rosa Duarte. Instituto Duartiano, 2013, pag 98.
Inicialmente en el párrafo al parecer habla Duarte y después del punto, su hermana.
   
Mas adelante en la pag 172 de la misma obra dice:
“El 6 de abril (de 1845) abracé en la Guaira a mi afligida madre y hermanos. Desde entonces me dediqué a viajar, 12 años estuvo (no dice estuve, o sea que no es Duarte el que refiere después de la coma, sino ella, Rosa) en el interior de Venezuela, recorriendo la parte oriental y occidental”.

Refiriéndose a este tema, José Gabriel García luego dijo: Lo dieron por muerto.
Vistas estas dos referencias, a falta de saber la fecha exacta de cuando desapareció Duarte, podemos utilizar  el dato de cuando volvió a hacer contacto con su familia, restarle  doce años y así tendremos una idea aproximada de cuando desapareció.
El próximo dato  objetivo es una carta de Pedro A. Pina fechada el 27 de septiembre de 1860 en Curazao, dirigida a la misma Rosa  Duarte, donde en su inicio dice textualmente:

“Comadre Rosa:
Con que placer le escribo !
Le escribo, comadre, bajo la impresión que me ha causado, la fausta nueva de que nuestro Juan Pablo vive ¡”. (Troncoso Sanchez , Pedro. Vida de Juan Pablo Duarte. Instituto Duartiano, 2002, pag 386). O sea, que para septiembre de 1860, ya hacía un tiempo se sabía que Duarte vivía, cuando esa noticia le llegó a Pina, estando en Curazao.

Entonces, utilizando el marco de esta  referencia, yo pienso que Duarte dejó de tener  contacto con su familia, a principios de 1848 y por esa razón, no pudo enterarse del decreto del Pte Jiménes de septiembre de ese año.

Sobre esos 12 años de Duarte en el interior de Venezuela, desconectado de  todos sus conocidos, se  elaboraron,  toda una serie de teorías a las que nos referiremos con mas detalles en nuestra próxima entrega.

En algún momento de su estadía en el interjor de Venezuela, Duarte conoció al Padre San Gení, un misionero que recorría también el interior de Venezuela, desde su parroquia en San Fernando de Apure, quien se lo llevó para su parroquia  y Duarte entonces se asentó allí, desde donde comenzó a escribir cartas a sus familiares en Caracas.  

San Gení quedó muy impresionado de la vida ascética de Duarte y su profunda fe religiosa cristiana, por lo que le sugirió que abrazara el sacerdocio, ya que según el, podía ordenarse fácilmente,  pues sabía latín y tenía conocimientos de teología.
Duarte cortesmente rehusó la oferta

sábado, 3 de noviembre de 2018

Duarte decide desaparecer

Duarte decide desaparecer

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 02.11.2018 - 8:02 pm
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DUARTE LXVIII

La angustia de Duarte, sobre el daño que estaba causando a su familia y a los duartianos en general y su altruismo, que le decía que el no tenía que ser presidente de la república para que el pueblo dominicano fuese feliz y progresara, le hizo tomar la decisión de salir del escenario, para que se acabara el duartismo, los dominicanos se .unieran y progresaran.
          
Fracasado el Plan Levasseur, el  pensó la independencia ya no corría peligro.
Ciertamente que el trauma psíquico que le causaron los acontecimientos de febrero y marzo de 1845 había alterado su personalidad.

Sin llegar a los extremos de los casos de Juan Isidro Perez y  su hermano menor Manuel, quienes perdieron la razón y quedaron convertidos en dementes, el Duarte de abril de 1845 en adelante, no era el de 1838 a 1844.Veamos:

En 1838, Serra describió la fisonomía de Duarte diciendo: …..sus labios finos, donde de continuo una dulce y cariñosa sonrisa, revelaba la bondad e ingenuidad de aquella alma noble e inmaculada……… . (ver Serra, José María. Apuntes para la historia de los trinitarios. CPEP, 2005, pag 30. Durante su estadía aquí en Santiago de abril a junio de 1864, dos de las hijas de Espaillat que vieron a Duarte, lo describieron así :
      
 “Era magro y pálido, con la mirada ausente y sin sonrisa” (ver Troncoso Sanchez, Pedro. Vida de Juan Pablo Duarte. Instituto  Duartiano 2002, pag 425.
   
Sin duda alguna, la terrible experiencia de 1845, que había convertido en dementes a dos de sus personas mas cercanas, a el, sin llevarlo a ese extremo, le había afectado su personalidad. El, que desde 1831 había laborado incesantemente por una República Dominicana libre e independiente de toda dominación extranjera, se encontraba con que a última hora, en diciembre de 1843, se había formado .un grupo, que con la colaboración de un cónsul francés y los recursos que este aportó, (porque ese grupo por si mismo no hubiera podido jamás derrotarlo) lo habían derrotado, declarado traidor a la patria y enviado al exilio de forma atropellante, al igual que habían  hecho con su familia y sus mas cercanos seguidores.

Pero como también dijo Serra “en el Cibao, pudo Duarte frustrar los designios bien visibles de los ambiciosos, o por lo menos la preponderancia; pero antes de seguir su persona, lo que hubiera sido iniciar la guerra civil detrás de la república, cedió a los ambiciosos la afrenta de provocar aquella,  y el se sacrificó, con la gloria de haber fundado esta, hasta morir sin remordimientos en el destierro” (ver obra señalada, pag 50).

Serra captó muy bien, que Duarte nunca actuó pensando en su beneficio personal, sino en el de la república que fundó. Y ese razonamiento le dijo, que lo mas conveniente  para esa república ahora era, que para que los dominicanos se unieran y progresaran, el debía desaparecer del escenario político, para que  así  despareciera el duartismo.

En  realidad, ese deseo de Duarte no se cumplió, porque los separatistas no tardaron en dividirse en Santanistas .y Baecistas, fruto de la ambición de dominar la política nacional y la guerra civil que el quiso prevenir, se desató en 1857, por las maniobras dolosas de Baez, con los cibaeños nuevamente como protagonistas de primer orden en ella.

Asimismo, la testarudez de sus opositores produjo la anexión a España en 1861 efectuada por Santana y otra anexión, esta vez por Baez, en 1869, a Estados Unidos, aunque  esta última no prosperó, por los procedimientos constitucionales a los  que tuvo que someterse,  en la democracia a la que fue efectuada. 

Así que una vez asegurado el sostenimiento de sus familiares mas cercanos, por la ayuda de sus tíos y primos, quienes eran personas pudientes en Venezuela, Duarte, sin decir nada, se fue alejando cada vez mas, hacia el interior de ese país y se inició una etapa de su vida, que se ha convertido en un misterio para la posteridad, por la poca información confiable que sobre ella existe,  ya que los documentos que el escribió al respecto,  se quemaron accidentalmente.