sábado, 22 de septiembre de 2018

La masoneria ayuda a Duarte en Alemania


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                          AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com     JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (LXXIII)
                                                                           Julio M. Rodriguez Grullón

LA MASONERIA AYUDA A DUARTE EN ALEMANIA

En el trayecto a Alemania, que tuvo una duración de 46 días, al parecer por paradas comerciales del bergantín que los llevaba,  Duarte se recuperó por el momento de sus fiebres y en esa ciudad se hospedó en una casa de huéspedes, situada frente  al muelle de la ciudad.   
            Esa construcción ya no existe, pero lo cierto es que el ambiente  era  muy parecido al de la atarazana en Santo Domingo, donde estaba ubicado  el negocio de su padre  donde el laboró desde que era un jovencito, por lo que debió  sentirse familiarizado  con lo que allí ocurría.
Estaban a finales de octubre y para los habituados al clima tropical como Juan Isidro Perez y los hermanos Richiez, este frio era insoportable, por lo que cuatro días después le su llegada le dijeron a Duarte que ellos se marchaban a un ambiente mas caluroso y salieron hacia Saint Thomas en la primera embarcación que pudieron, .dejándolo solo.
Duarte quien había pasado dos inviernos en Barcelona toleraba mejor la temperatura.
Al verse solo, Duarte, quien había apreciado la presencia de logias en la ciudad, se presentó en una de ellas enseñando sus credenciales como miembro de la logia Constante Unión de Santo Domingo. La acogida que tuvo fue más que calurosa.
Se le invitó a un banquete el día 5 de noviembre y en el se le dio una cordial bienvenida. Aunque Duarte no hablaba  alemán, el sabía francés e inglés y con esos idiomas pudo entenderse con sus compañeros masones, quienes lo pasearon por la ciudad y le hicieron sentirse bien. Hasta relaciones con el sexo opuesto tuvo el patricio y es la única vez que en sus notas, que no se perdieron como las de Venezuela, se refiere a este tema y en ellas señaló lo siguiente:
“Debo a la  sociedad hamburguesa, o si se quiere a su aristocracia, muchas pruebas de estimación y respeto; al considerar que estaba sufriendo por mi patria, me atrajo muchas simpatías, hasta en el bello sexo. Las hamburguesas son afables, pero lo que las  hace mas amables, es que unen la afabilidad con el decoro.”
Debido a la parquedad de Duarte al respecto, que nunca se refirió en sus escritos a sus novias dominicanas, Marieta Bobadlla o Prudencia Lluberes, es fácil pensar que algún consuelo recibió en aquel frio, que lo haría mas llevadero.
Duarte también al parecer dió informaciones a la prensa de la ciudad sobre los acontecimientos independentistas en Santo Domingo.
Pero le era imposible obtener trabajo en esa ciudad, por lo que a finales de noviembre, decidió regresar hacia el Caribe, con la intención de regresar a Venezuela, donde facilmente encontraría como ganarse la vida. Así que se despidió de sus amistades alemanas y el 30 de noviembre emprendió viaje de regreso hacia Saint Thomas, donde llegaría la noche buena de aquel 1844, después de una travesía  que esta vez tuvo una duración de unas tres semanas.
La presencia de Duarte tan cerca de Santo Domingo, motivó una serie de situaciones que afectarían su conducta por los próximos años, fiel a su convicción de que el no sería  manzana de la discordia entre dominicanos y mucho menos que se produjera derramamiento de sangre por su culpa.
Su altruismo le produjo  una reacción de aversión en sus reuniones con los dominicanos que encontró en la isla, quienes habían sido exiliados por Santana, pues cuando se reunía con ellos, comprobaba que sus intereses personales, estaban por encima de los colectivos de la patria. . La noticia de esas reuniones  llegaban a Santana, quien pensaba que se trataba de conspiraciones en su contra y esto lo puso en un estado de ánimo, de dar una demostración de hasta donde podía llegar para mantenerse en el poder.
            Así las cosas, en febrero de 1845, se descubrió una conspiración en Santo Domingo contra  Santana, en la que estaba involucrada María  Trinidad  Sanchez .

sábado, 15 de septiembre de 2018

sábado, 8 de septiembre de 2018

Santana Jefe supremo y el acto supremo de cinismo


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                          AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com       JUAN PABLO DUARTE SU VIDA Y SU OBRA (LXXI)
                                                                           Julio M. Rodriguez Grullón
SANTANA JEFE SUPREMO
En Santo Domingo,  mientras Duarte estaba en Puerto Plata, posteriormente al día 13 de julio, cuando Santana fue aclamado Presidente de la República, con poderes dictatoriales a nombre del ejército y el pueblo, el dia 16, este procedió a reformar la Junta Central Gubernativa (JCG), expulsando de ella a Manuel Maria Valverde, Juan Isidro Perez y Pedro Alejandrino Pina, y conservando inicialmente a Jimenes, Sanchez, Mercenario y Del Orbe, este último había regresado  a Santo Domingo después de ser retirado de sus funciones en el Cibao, por Duarte, a diferencia del Gral de Mena, que como vimos permaneció en esa región. Logicamente regresó Bobadilla  a la JCG y se decidió llamar a Telésforo Objío  y Toribio Villanueva a integrarse a ella. Lorenzo Santamaría era el nuevo Secretario.
Pero lo mas notable de todo era que ahora Santana aparecía en esta nueva JCG,  como Presidente, con el título de Jefe Supremo, lo cual decía claramente, que los demás eran meros juguetes a su merced. Es esta nueva JCG que el 24 de julio, convoca a la formación de la Asamblea Constituyente de un país soberano, que era por lo que Duarte estaba insistiendo y preparando la opinión pública  hacía  dos meses y por lo que el decidió no derramar sangre dominicana, en un enfrentamiento  que sería entonces, puramente por razones personales, entre el y Santana. Pero  Sanchez no figura en esta JCG, pues ya desde el 18, el Jefe Supremo lo había hecho arrestar, porque se había  negado a participar en confabulaciones contra Duarte. Mella, quien llegó del Cibao el 28 de julio, también fue arrestado y encerrado en la Torre del Homenaje junto a los demás. Fue así como llegó el momento de organizar y ejecutar, el acto supremo de cinismo: 
ACTO SUPREMO DE CINISMO. EL DECRETO DE LA JCG DEL 22 DE AGOSTO DE 1844.-
En sus consideraciones iniciales,   se dice que se han recibido dos peticiones, una firmada por 68 ciudadanos notables padres de familia y otro por  628 oficiales  superiores  y demás del ejército, donde se expresa “que es de absoluta necesidad, que para la seguridad y tranquilidad del país, se castigue a todos los autores y cómplices de la sedición a cuya cabeza ha figurado el Gral Juan Pablo Duarte, y cuyo objeto fue trastornar y derrocar el Gobierno Supremo establecido en virtud del manifiesto del 16 de enero,  que formó las bases de la revolución………..teniendo a mas por objeto la dicha sedición, excitar entre los ciudadanos, la división y  la guerra civil, haciendo que unos se armasen contra los otros, bajo la calumnia especificativa de que el país había sido enajenado a una nación extranjera para restablecer la esclavitud, y con la idea de sustituir al pabellón de la cruz Dominicana por otro de la de los de la República de Colombia”.
El documento continúa con este tipo de acusaciones calumniosas y basándose en ellas,  la JCG emitió su decreto, donde  declara traidores e infieles a la patria a Duarte, Sanchez, Mella, Pedro Alejandrino Pina, Gregorio del Valle, Juan Jimenez, Juan José Illas (venezolano) y Juan Isidro Perez,  los condena a ser desterrados y expulsados a perpetuidad del país y les prohíbe poner pie en el, bajo pena de muerte que será ejecutada en la persona del que lo hiciere, después de ser aprehendido y que se justifique la identidad de su persona. (La elaboración de este “decreto,” es obviamente obra de Bobadilla)
Firman:
Santana, Jimenes, Bobadilla, Felix Mercenario,  Toribio Mañón, J. Tomas Medrano, N. Linares y  Toribio L. Villanueva,  Como Secretario ad hoc figura F. Medrano, pues al parecer, Lorenzo Santamaría no estuvo de acuerdo con su contenido.
      Conforme a el fueron expulsados cuatro días después, esto es el 26 de agosto de 1844, a bordo del bergantín ingles Capricorn, bajo el mando del capitán Leweling, Ramón Matías Mella, Franciso del Rosario Sanchez,  Pedro Alejandrino Pina y Juan José Illás; no pudiendo embarcarse mas prisioneros porque el Capitán Leweling no aceptó mas pasajeros.
            Así que Duarte no volvió a ver a Sanchez vivo y a Mella lo vió 20 años después en Guayubín, cuando ya este  estaba en lecho de muerte.

sábado, 1 de septiembre de 2018

La odisea de Juan Isidro Perez


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                          AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com       JUAN PABLO DUARTE SU VIDA Y SU OBRA (LXX)
                                                                           Julio M. Rodriguez Grullón

LA ODISEA DE JUAN ISIDRO PEREZ
Sin hay una vida entre nuestros próceres de la independencia que merece ser llevada al cine por el  dramatismo que encierra, es la de Juan Isidro Perez de la Paz (1817-1868).
De origen humilde, (el no pertenecía a los “blanquitos de la atarazana”), su vivienda estaba ubicada en lo que entonces eran las afueras de la ciudad, de quizás unos 12 mil habitantes,  del Santo Domingo de los 1830.
Desde que Duarte regresó en 1831, Juan Isidro, quien para estos días contaba 14 años de edad, fue uno de sus mas leales y adeptos seguidores. No faltaba una clase en las tardes y cuando Duarte inició las lecciones de esgrima, el resultó ser el mejor  espadachín del grupo.
Cuando la Dramática inició sus presentaciones de obras, Juan Isidro era uno de los mejores, sino el mejor de los actores y cuando se necesitó un sitio para en una ceremonia organizar  formalmente el movimiento independentista, su residencia estuvo disponible sin condiciones, aquel memorable 16 de julio de 1838. Formó junto con Duarte y Pedro Alejandrino Pina, la célula trinitaria mas estable y activa, durante  los años de lucha contra la dominación haitiana. Una de sus hermanas, Altagracia, en 1849, casó con Manuel Jimenes, quien era  Presidente de la Republica desde el año anterior y quien era como el, compañero de luchas junto a Duarte contra los haitianos.
A principios de agosto de 1843, durante la persecución de Herrad, Duarte tuvo que partir para el exilio y poder así  salvar su vida y cuando Duarte y Pina  en medio de la noche ya habían abordado la embarcación que los sacaría del país, a última hora apareció Juan Isidro en un bote y en la desembocadura del   Ozama se les unió.
Pero donde su lealtad a Duarte tomó ribetes extraordinarios , fue con  los hechos ocurridos el 15 de julio de 1844 en la mañana, a raíz de la sublevación de Santana contra la Junta Central Gubernativa (JCG) presidida por Sanchez, cuando Santana se dirigía, por la plaza de armas, al palacio de gobierno, acompañado de su escolta, a comunicar la reorganización de la misma.  De la correspondencia enviada por el cónsul francés Saint Denys al canciller Guizot, extraemos este relato de lo ocurrido:
Se produjo un fuerte intercambio de palabras entre Juan Ruiz, miembro de la escolta y Juan Isidro Perez, ambos se amenazaron con armas. Cuando Santana quiso calmar los ánimos, Perez le faltó también a el. Entonces algunos oficiales pensando que había un complot para matar a Santana, comenzaron a vociferar, a las armas, a las amas,  asesinan a Santana y se formó un formidable desorden. Después de hablar con el Gral Manuel Jimenes, siguiendo su consejo me retiraba al consulado, cuando vino corriendo hacia mi el Coronel Felipe Alfau sable en mano, protegiendo a riesgo de su vida a Perez y me pidió lo llevaramos al consulado para salvarle la vida, lo cual pudimos hacer milagrosamente.
A  la mañana siguiente, acompañado por el capitán del Euryale, lo llevé a bordo de esa nave y así logré sacarlo de la  ciudad.
El Euryale salió para Saint Thomas y luego tomó la ruta por el norte de la isla para dirigirse a Puerto Principe en Haití. Juan Isidro sabía que Duarte estaba en Puerto Plata y cuando la embarcación pasaba cerca de esa ciudad, amenazó con tirarse al agua y ahogarse, si el barco no lo dejaba allí, para poder reunirse con su líder. El capitán  se vió obligado a complacerlo. Al llegar a Puerto Plata se encontró con que Duarte estaba preso y hacia la fortaleza se dirigió para que lo encerraran con el. Luego partieron juntos para el exilio en Hamburgo, Alemania y allí se separaron, aunque mantenían contacto por correspondencia.
Pero todos estos acontecimientos trastornaron su cerebro y cuando regresó en  1848 era ya un demente.
 Murió en Santo Domingo, de cólera, durante la epidemia de esta enfermedad en la ciudad en 1868 y fue enterrado en una fosa común, junto con otras víctimas de la epidemia, por lo que no fue posible identificar sus restos.