sábado, 21 de noviembre de 2009

Dr. Hugo Mendoza (1930-2009). Forjador de la pediatría domincana

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com
DR. HUGO MENDOZA ( 1930-2009). FORJADOR DE LA PEDIATRIA DOMINICANA
Julio M. Rodriguez Grullón

Hugo Mendoza, poseedor de un gran talento, no lo utilizó para enriquecerse, sino para enseñar pediatría y elevar el nivel de la medicina dominicana en general. Fue un investigador incansable.
El titulo de esta entrega es con el que me manifestó quería ser recordado, en la entrevista que le realizara en ocasión de dedicarle Acta Medica Dominicana, su edición correspondiente a enero-febrero 1998. De esa semblanza extraemos los datos que aquí publicamos. Para mas información sobre el Dr. Hugo Mendoza, ver Act Med Dom 1998;1: 11-16 y 35.
Nació en La Vega, donde fue alfabetizado tempranamente en la escuelita particular de la profesora Barbina Ceara y en donde mostró precozmente sus cualidades. Cuando tuvo edad para ser inscrito en la escuela pública, lo ubicaron en el 2do curso. Al año siguiente pasó al colegio privado Alta Escuela Juan Pablo Duarte, donde terminó sus estudios primarios y pasó a la escuela normal de La Vega, dirigida por el profesor Darío Concepción. Se graduó de bachiller en Ciencias Físicas y Naturales en 1948 y se trasladó a la ciudad capital, a realizar sus estudios en medicina. En la Universidad solo tuvo que pagar la primera inscripción, pues se ganó gratis las demás, por sus brillantes calificaciones académicas.
Cursando el 5to año de la carrera, fue nombrado practicante en la maternidad Nta Señora de la Altagracia, asignado al área de recién nacidos; entonces descubrió su inclinación por la pediatría y pidió su traslado al hospital de niños Ramfis. Se graduó de médico en la promoción de 1954. Quiso salir al extranjero, pero la dictadura trujillista no le permitía obtener pasaporte, hasta que en 1956 llegó a la Vicerectoría de la Universidad, Luis Gonzalez Posada S.J., quien creó becas para enviar a estudiar al extranjero a jóvenes brillantes y así Mendoza pudo salir del país y dirigirse a España.
Estudió pediatría dos años en Madrid, pasó de ahí a Inglaterra, becado por el Guy Hospital en Londres, donde permaneció seis meses. En 1959 se dirigió a los Estados Unidos de America. En el Elmhurst City Hospital en Nueva York permaneció tres años, fue jefe de residentes en 1962 y aprobó el Board Americano de Pediatría ese mismo año. Estaba contratado como profesor auxiliar de pediatría por la New York University, cuando decidió regresar a su país en julio de 1982, después de seis años de estudios en el extranjero.
Inició su extraordinaria carrera trabajando gratis por las mañanas en el hospital de niños Dr. Robert Reid Cabral; simultaneamente abrió su consultorio privado en el Grupo del Dr. Mairení Cabral en la calle Dr. Delgado No.30, donde laboró por las tardes por mas de 40 años. En 1963 fue nombrado oficialmente en el Hospital de niños y también casó con la bella joven Rosa Leda Valdes, formando su familia de cinco hijos, todos profesionales.
Desde 1962 hasta su muerte, Hugo Mendoza realizó la mas estupenda labor llevada a cabo por un pediatra dominicano. Resumiremos aquí sus logros mas sobresalientes.
Reactivación de la Sociedad Dominicana de Pediatría (1962) y Presidente de la misma (1964-65), rescate de la Revista Archivos Dominicanos de Pediatría (1965) siendo su Director y Editor hasta 1984. Profesor y Jefe de la Cátedra de Pediatría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1969-1990), impulsor de la primera residencia médica en el país, la residencia de pediatría, en el Hospital Dr. Robert Reid Cabral en 1966, Director del Hospital Dr. Robert Reid Cabral (1968-1986). Autor de mas de 500 artículos originales de investigación publicados en revistas científicas médicas nacionales y extranjeras. Fundador en 1986 del Centro Nacional de Investigaciones en Salud Materno Infantil (CENISMI), el cual dirigió hasta 1996.
Al margen
Esplendida la ceremonia con la que este diario celebró el 94 avo aniversario de su fundación, al tiempo de lanzar su nuevo formato. Genial la idea de reproducir la primera edición del periódico en 1915, junto a un ejemplar del nuevo formato. Felicitamos al Presidente de la Nueva Editora La Información Príamo Rodriguez Castillo, al director del periódico, Enmanuel Ramos, asi como a todo el personal que labora en esta empresa.
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lunes, 16 de noviembre de 2009

El Cardenal Giuseppe Fietta

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com EL CARDENAL GIUSEPPE FIETTA (1883-1960)
Julio M. Rodriguez Grullón

El primer nuncio en representar la Santa Sede en nuestro país lo fue Monseñor Giuseppe Fietta. Había nacido en Ivrea, Italia, en 1883 y fue ordenado sacerdote en 1906 a los 23 años de edad. Entró en la carrera diplomática del Vaticano en 1924, cuando fue nombrado Secretario de la nunciatura en Costa Rica. En 1926 fue ascendido a internuncio en Centroamérica.
En 1930 fue designado internuncio de esta isla, con asiento en Puerto Príncipe. Presentó sus cartas credenciales ante Trujillo, el 20 de febrero de 1931.
Por su conducta ante Trujillo y sus actuaciones en nuestro país, podemos apreciar, mas de setenta años después, que Fietta era un hombre muy capaz.
Inmediatamente de llegar, apreció la postración en que estada sumida la Iglesia Católica Dominicana, a quien la ilustración local había borrado del mapa legal y que ya los mejores días de Monseñor Nouel habían pasado.
Para mi no es coincidencia con la llegada de Fietta, que Trujillo promulgara la ley que otorgaba personería jurídica a la Iglesia en abril de 1931, asignándole una subvención y que Monseñor Nouel renunciara de su cargo en junio de ese año. Pienso que ambas cosas fueron producidas por la influencia de el.
El primer nuncio en el país, también se percató del bajo nivel del clero nacional, arrastrando desde tiempos coloniales su lacras de simonía y concubinato. Para el, solo dos sacerdotes reunían las condiciones para dirigir la iglesia dominicana, Armando Lamarche y Rafael Castellanos y no titubeó en recomendarlos a Roma para la máxima jerarquía eclesiástica en el país, a sabiendas de que Castellanos, con su antecedente de miembro de la Unión Nacional Dominicana y por tanto radical opositor de la intervención americana de 1916-24, tendría enfren-tamientos con un producto de esa intervención, como era Trujillo.
Al morir ambos, recomendó a Roma la necesidad de que la dirección de nuestra iglesia pasara a manos de un sacerdote extranjero poseedor de una gran espiritualidad, que fuera respaldado por una orden sacerdotal fuerte y es así como es designado el salesiano, italiano, Ricardo Pittini, para esta posición.
Ahora bien, Pittini siguió la línea política de los papas Pio XI y Pio XII, de apoyar regímenes autoritarios anticomunistas, como forma de luchar contra esta doctrina y de ahí su apoyo a Trujillo, pero no hay dudas de que elevó notablemente el nivel del clero. El clero dominicano a partir de los 1950, era muy diferente al que el encontró, tanto en su aspecto intelectual, como en el moral.
Fietta continuó su carrera ascendente como diplomático de la Santa Sede, al ser designado nuncio en Argentina en 1936, siendo sustituido en esta isla por Maurilio Silvani, quien al día siguiente de presentar sus credenciales, impuso a Trujillo la condecoración pontificia de San Gregorio Magno, que le otorgaba el Papa Pio XI.
En Argentina, Fietta desempeñó sus funciones de nuncio hasta 1953, en que fue sustituido por Mario Zanin. Nótese el parecido del apellido Zanin, con el de Zanini, que es lo que confundió al dictador argentino Domingo Perón, quien en 1959 dijo a Trujillo, que Lino Zanini, a quien el Papa Juan XXIII había designado nuncio en nuestro país, había sido de los culpables de su caída, mientras desempeñaba sus funciones de nuncio allí. Perón abandonó poco después la Republica Dominicana de Trujillo y se marchó a vivir a la España de Franco.
Un simple chequeo de esta información por la cancillería dominicana, hubiera demostrado que en realidad, Zanini provenía de Irak y que Perón se había confundido, por lo parecido de los apellidos de estos dos nuncios.
De Argentina, Fietta fue trasladado a Roma, como nuncio ante el gobierno italiano, posición que ejerció hasta 1958; en diciembre de este año, Juan XXIII lo elevó a la categoría de Cardenal de la Iglesia Católica.
Fietta murió en su Ivrea natal, a los 76 años de edad, 22 meses después de recibir el capelo cardenalicio y está enterrado en la catedral de esa ciudad.
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sábado, 7 de noviembre de 2009

La Iglesia y el comunismo

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com LA IGLESIA Y EL COMUNISMO
Julio M. Rodriguez Grullón

Una de las consecuencias de la 1ra guerra mundial, fue el triunfo de la revolución bolchevi-que en 1917 en Rusia , que llevó al poder, en el país mas grande del mundo de esos días, al co-munismo, un régimen que pregonaba la dictadura del proletariado y que imponía un ateismo militante. El comunismo estaba determinado a dominar el mundo y los partidos comunistas en Europa y el resto del planeta, atacaban agresivamente la religión, llamándola entre otras cosas, el opio de los pueblos. Donde quiera que estos partidos tomaban el poder, cerraban iglesias y deportaban o asesinaban sacerdotes.
La Iglesia Católica y las religiones en general, nunca habían enfrentado una amenaza semejante, pues el laicismo de la IIustración europea, respetaba las creencias religiosas individuales, aunque colocaba la razón por encima de todo y rechazaba las enseñanzas de una religión revelada, como la cristiana. Fue esta doctrina que dio origen a la democracia burguesa, que llegó al poder en Estados Unidos en abril de 1789 y en Francia en julio de ese mismo año.
La Iglesia Católica se negaba a aceptar la separación de Iglesia y Estado difundida por esta democracia, a pesar del fracaso de la teocracia cristiana, que en el siglo XVI, había provocado la división del cristianismo y cruentas guerras, entre los que estaban llamados a amarse unos a otros.
La reacción de los papas Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958) frente al comunismo, fue apoyar regímenes autoritarios que en esos años surgieron, como el llamado fascismo, Mussolini en Italia en 1922 y Franco en España, en 1939, (después de una sangrienta guerra civil de tres años), con quienes estos papas firmaron concordatos, que convertían el catolicismo en la religión oficial del estado y perseguían por todos los medios al comunismo.
En Alemania, en 1933, llegó al poder Adolfo Hitler, un demagogo, pregonando la superioridad racial aria, e instalando un régimen despótico, anticomunista, el socialismo nacional (nazismo), que fue bien recibido inicialmente por el pueblo por la frustración y humillación acumuladas en el , por la imposición de los abusivos tratados de Versalles de 1919, una vez terminada la 1ra guerra mundial. Los alemanes vieron bien su armamentismo y su deseo de reivindicar, la supremacía de ellos en Europa y el resto del mundo.
Pio XI firmó un concordato con Hitler, en julio de 1933, seis meses después de subir este al poder, pasándole por encima a la opinión de los obispos alemanes, que se oponían a este acuerdo. En 1937, el Papa comprendió su error y en marzo de ese año, lanzó su encíclica Mit brennender Sorge (Con viva preocupación), escrita originalmente en alemán, donde rechazaba el régimen nazi, porque “tomaba la raza y otros elementos fundamentales de la sociedad humana y los divinizaba con culto idolátrico, pervirtiendo y falsificando el orden creado e impuesto por Dios”. Dos años y medio después, estallaba la segunda guerra mundial.
Trujillo se beneficio de esta política de la Santa Sede, que Pittini aplicó en el país, fortaleciendo su régimen autoritario ideológicamente, a la vez que la Iglesia obtenía beneficios materiales, que la sacaron de la situación precaria, que venía arrastrando desde los tiempos coloniales. El papa Pio XI condecoró a Trujillo en 1936, con la orden de San Gregorio Magno, en una clara aprobación de su régimen. Pio XII, posteriormente, en 1954, firmó un concordato con el (todo un anacronismo aun vigente) y también condecoró a Trujillo con La Gran Cruz de la Orden Papal. Fue el papa Juan XXIII (1958-1963) quien apartó al Vaticano de esta línea política, separó la Iglesia del régimen trujillista, convocó el concilio Vaticano II, que revolucionó la Iglesia, donde en 1965, en el documento Gaudium et spes (La Iglesia en el mundo actual), se aceptó la separación entre Iglesia y Estado.
Finalmente, en 1989, el Papa Juan Pablo II, (1978-2005) un gran aliado del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, con el líder obrero polaco Lesch Walesa y el sindicato solidaridad , como cabeza de lanza, asestó al comunismo un “derechazo” , que lo sacó del poder en Polonia, país natal del Papa, de los países de Europa Oriental y luego de Rusia, sin derramar una gota de sangre, terminando así esta gran amenaza contra la religión.
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domingo, 1 de noviembre de 2009

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com LEY DE MONEDA Y CENSO DE 1935
Julio M. Rodriguez Grullón

Mientras se realizaban las negociaciones para establecer definitivamente la línea fronteriza con Haití, Trujillo procedió a dotar al estado dominicano de la capacidad de acuñar una moneda metálica, basada en el patrón plata, que sacaría del territorio nacional las monedas norteamericana y haitiana.
Pasaría mas de una década, hasta que el régimen estuviera en condiciones de imprimir papel moneda y de establecer un banco central, pero la existencia de una moneda metálica, permitió, en un país pobre y con los precios de la época, que la gran mayoría de las transacciones cotidianas, privadas y comerciales, se realizaran ahora con dinero dominicano.
Es interesante notar que esta moneda sería equivalente al dólar de los Estados Unidos y estaría fraccionada en monedas de plata de un peso, medio peso, veinte y cinco centavos y de diez centavos. A las denominaciones mas pequeñas, correspondían una moneda de níquel de cinco centavos y una moneda de cobre de un centavo.
La composición, el peso, la forma y las dimensiones de las monedas, serían las mismas que las de las monedas de iguales denominaciones de los Estados Unidos.
Al tiempo que organizaba el estado, Trujillo quiso saber con que contaba en el territorio nacional y para ello organizó un censo confeccionado en bases rigurosamente científicas, dividido en tres partes, viviendas, población y agropecuario.
De realizar este censo se encargó al Partido Dominicano, presidido en esos momentos por Mario Fermín Cabral, uno de sus cortesanos mas prominentes, de tal forma que al terminarse dicho proceso, Trujillo sabía exactamente todo lo referente a la población dominicana, incluyendo nombres, apodos, escolaridad , tipo de vivienda y propiedades , ocupaciones y hasta defectos físicos. Como los presidentes de las juntas provinciales y municipales del Partido Dominicano tenían que enviarle regularmente informes de lo que ocurría en sus demarcaciones, Trujillo sabría al dedillo lo que ocurría en todo el territorio nacional.
Súmese a esto que en las carreteras que se iban construyendo, se instalaron aproximadamente cada 30 kilómetros, puestos de chequeos, en los que el conductor del vehiculo tenia forzosamente que detenerse, (pues se construyeron los llamados policías acostados, que cruzaban la vía) y decir su nombre, procedencia y destino; los militares anotaban el número de la placa y la hora en que el vehiculo cruzó por allí.
Trujillo estaba omnipresente en la vida de todos.
Las datos mas importantes que arrojó este censo, son interesantes de conocer.
Para 1935 vivían en este país 1,479,417 personas, de los cuales 998,733 (67.6%) eran mestizos, 192,733 (13.0%) blancos, 287,677 (19.4%) negros y 339 (0.02%) amarillos. Un total de 73,070 (4.9%) eran extranjeros de los cuales 60,517 (82.8%) eran haitianos . Un 50.7% de la población pertenecía al sexo masculino y 49.3% al femenino.
La población urbana constituía un 17.8% y la rural 82.2%. Eramos obviamente un país rural. Santo Domingo, la capital tendría unos 80 mil habitantes y comenzaba a desbordar los límites de la muralla de los tiempos coloniales.
Para esta época solo un 20% de la población estaba alfabetizada y Trujillo ya había lanzado un agresivo programa de alfabetización, con una cartilla cívica, que al tiempo que alfabetizaba y educaba, reforzaba su autoridad.
La economía del país dependía de la agricultura y el principal cultivo y producto de exportación era la caña de azucar, promovido en las últimas décadas del siglo XIX y extendida por la región este durante la ocupación americana, por medios fraudulentos. Al azucar seguía la producción de plátanos, que se consumían localmente, así como café, cacao, arroz, habichuelas y otros productos. No teníamos industrias para procesar ninguno de nuestros productos naturales y en la pecuaria predominaban el ganado vacuno y porcino, criados bucólicamente, como los tiempos coloniales.
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