sábado, 7 de noviembre de 2009

La Iglesia y el comunismo

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com LA IGLESIA Y EL COMUNISMO
Julio M. Rodriguez Grullón

Una de las consecuencias de la 1ra guerra mundial, fue el triunfo de la revolución bolchevi-que en 1917 en Rusia , que llevó al poder, en el país mas grande del mundo de esos días, al co-munismo, un régimen que pregonaba la dictadura del proletariado y que imponía un ateismo militante. El comunismo estaba determinado a dominar el mundo y los partidos comunistas en Europa y el resto del planeta, atacaban agresivamente la religión, llamándola entre otras cosas, el opio de los pueblos. Donde quiera que estos partidos tomaban el poder, cerraban iglesias y deportaban o asesinaban sacerdotes.
La Iglesia Católica y las religiones en general, nunca habían enfrentado una amenaza semejante, pues el laicismo de la IIustración europea, respetaba las creencias religiosas individuales, aunque colocaba la razón por encima de todo y rechazaba las enseñanzas de una religión revelada, como la cristiana. Fue esta doctrina que dio origen a la democracia burguesa, que llegó al poder en Estados Unidos en abril de 1789 y en Francia en julio de ese mismo año.
La Iglesia Católica se negaba a aceptar la separación de Iglesia y Estado difundida por esta democracia, a pesar del fracaso de la teocracia cristiana, que en el siglo XVI, había provocado la división del cristianismo y cruentas guerras, entre los que estaban llamados a amarse unos a otros.
La reacción de los papas Pío XI (1922-1939) y Pío XII (1939-1958) frente al comunismo, fue apoyar regímenes autoritarios que en esos años surgieron, como el llamado fascismo, Mussolini en Italia en 1922 y Franco en España, en 1939, (después de una sangrienta guerra civil de tres años), con quienes estos papas firmaron concordatos, que convertían el catolicismo en la religión oficial del estado y perseguían por todos los medios al comunismo.
En Alemania, en 1933, llegó al poder Adolfo Hitler, un demagogo, pregonando la superioridad racial aria, e instalando un régimen despótico, anticomunista, el socialismo nacional (nazismo), que fue bien recibido inicialmente por el pueblo por la frustración y humillación acumuladas en el , por la imposición de los abusivos tratados de Versalles de 1919, una vez terminada la 1ra guerra mundial. Los alemanes vieron bien su armamentismo y su deseo de reivindicar, la supremacía de ellos en Europa y el resto del mundo.
Pio XI firmó un concordato con Hitler, en julio de 1933, seis meses después de subir este al poder, pasándole por encima a la opinión de los obispos alemanes, que se oponían a este acuerdo. En 1937, el Papa comprendió su error y en marzo de ese año, lanzó su encíclica Mit brennender Sorge (Con viva preocupación), escrita originalmente en alemán, donde rechazaba el régimen nazi, porque “tomaba la raza y otros elementos fundamentales de la sociedad humana y los divinizaba con culto idolátrico, pervirtiendo y falsificando el orden creado e impuesto por Dios”. Dos años y medio después, estallaba la segunda guerra mundial.
Trujillo se beneficio de esta política de la Santa Sede, que Pittini aplicó en el país, fortaleciendo su régimen autoritario ideológicamente, a la vez que la Iglesia obtenía beneficios materiales, que la sacaron de la situación precaria, que venía arrastrando desde los tiempos coloniales. El papa Pio XI condecoró a Trujillo en 1936, con la orden de San Gregorio Magno, en una clara aprobación de su régimen. Pio XII, posteriormente, en 1954, firmó un concordato con el (todo un anacronismo aun vigente) y también condecoró a Trujillo con La Gran Cruz de la Orden Papal. Fue el papa Juan XXIII (1958-1963) quien apartó al Vaticano de esta línea política, separó la Iglesia del régimen trujillista, convocó el concilio Vaticano II, que revolucionó la Iglesia, donde en 1965, en el documento Gaudium et spes (La Iglesia en el mundo actual), se aceptó la separación entre Iglesia y Estado.
Finalmente, en 1989, el Papa Juan Pablo II, (1978-2005) un gran aliado del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, con el líder obrero polaco Lesch Walesa y el sindicato solidaridad , como cabeza de lanza, asestó al comunismo un “derechazo” , que lo sacó del poder en Polonia, país natal del Papa, de los países de Europa Oriental y luego de Rusia, sin derramar una gota de sangre, terminando así esta gran amenaza contra la religión.
juliomanuelrodriguez.blogspot.com

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