sábado, 28 de junio de 2014

El problema haitiano (II)

 Colaboración para La Información                           AYER Y HOY
articulosdeinion2004@yahoo.com               EL PROBLEMA HAITIANO  (II)
                                                                    Julio M. Rodriguez Grullón

        Para 1867, en todos esos años desde su independencia, el país de los antiguos esclavos carecía de un estado, puesto que los franceses a diferencia de los españoles no fundaron en Haití ninguna de las instituciones de gobierno que entonces existían en Europa como cabildos, universidades o escuelas y aunque existía un congreso  no era realmente funcional.
       Haití fue para los franceses una finca gigantesca y los esclavos no tenían la cultura o ideas de lo que era un estado. En ellos predominaba la cultura de la tribu.
          Entre  nosotros,  los que no creían en Republica Dominicana libre e independiente, volvieron a controlar nuestra política, cinco meses después de la partida de los españoles y por los próximos 14 años. En 1869 anexaron el país de nuevo, esta vez a Estados Unidos, anexión que no se materializó, porque en el senado de aquel país, Charles Sumner logró que el tratado no fuera ratificado.
          No fue hasta diciembre de 1879, que Gregorio Luperón tomó el mando político del país que se impusieron  los ideales de Duarte y hasta enero de  1887 vivimos un tiempo en que tuvimos un asomo del surgimiento de un estado, pues se escribieron las notas del himno nacional, se declararon días de fiesta el 27 de febrero y el 16 de agosto,  se trajeron los restos de Duarte desde Venezuela, se inició un sistema de educación, surgió la industria azucarera y  transmisión pacífica de mando tres veces  (Luperon-Meriño-Lilis-Billini), pero en 1887 Lilís traicionó a Luperón, tomó el poder, se convirtió en dictador y aunque realizó algunas obras de infraestructura, con sus empréstitos que gastó sin control, para 1899 cuando fue ajusticiado, el país estaba en bancarrota. Una de sus ocurrencias fue en 1895  declarar tres padres de la patria, algo que  eventualmente corregiremos.
          Haití, en  todos estos años, siguió aislado, los cambios de poder seguían siendo violentos,  la republica seguía siendo una teoría, había prejuicios de mulatos contra negros y las condiciones de vida se deterioraban.
         Al comienzo del siglo XX se nos echó encima el imperialismo yanqui (1902-33) y aquí
ocurrió algo difícil de comprender. Haití tuvo la intervención mas larga (1915-33), pero aparentemente las cambios que eso trajo en nuestro país   con la intervención mas corta (1916-24) allí no ocurrieron.
         Habitualmente los americanos cuando intervienen militarmente un país, le mejoran las condiciones sanitarias, crean una fuerza militar que imponga el orden y toman el control económico del país. Las mejoría en las condiciones sanitarias disminuye la mortalidad infantil y el ritmo de crecimiento de  la población se acelera, que es lo que ocurrió en nuestra parte de la isla, donde Trujillo pervirtió la finalidad de la fuerza militar y la convirtió en la base de su sanguinaria tiranía de 31 años.  .
          Al margen
          Esta columna se solidariza con lo expresado por el Cardenal Lopez Rodriguez y el Consejo de Iglesias Evangélicas en relación a rechazar el descaro del señor embajador americano promoviendo el mes del orgullo gay. Es una pena, que al inaugurarse  las flamantes nuevas instalaciones de la delegación diplomática norteamericana, el señor embajador sea una persona  no grata, a la mayoría cristiana de este país.

 

 

domingo, 22 de junio de 2014

El propblema haitiano (I)

Colaboración para La Información                                         AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com                          EL PROBLEMA HAITIANO  (I)
                                                                                  Julio M. Rodriguez Grullón

En esta isla caribeña, Haití ha sido un problema para los dominicanos,  desde antes de fundarse esta Republica, pues  Haití nos antecedió por 40 años  (1804 vs 1844).
Las circunstancias de la historia universal hicieron que Haití surgiera como  el primer país del  mundo   donde se declaró abolida la esclavitud y el miedo a que se les impusiera de nuevo, hacía que los haitianos quisieran tener el control de la parte este de la isla como le llamaban, temiendo  que fuera controlada  por las potencias imperialistas de la época, todas esclavistas, incluyendo a Francia y España.. Por eso en 1822 tomaron el control de ella.
            Pero en esa parte este de la isla, surgió un líder de gran visión política, que se percató, luego de realizar un viaje de cerca de dos años por Estados Unidos y Europa, particularmente España, donde pasó la mayor parte del tiempo, que a pesar de la gran diferencia de recursos y habitantes, (500,000 vs 100,000) que había entre la antigua colonia española y los haitianos, estos reunían las condiciones para convertirse en un país libre e independiente de roda dominación extranjera. Este  líder, llamado Juan Pablo Duarte, se percató de lo siguiente:
a)     Los haitianos no tenían idioma, hablaban creole o patois,  conjunto de dialectos africanos que los aislaban de su entorno , los dominicanos como ya se llamaban los habitantes de la parte este, hablaban español
b)    Los dominicanos tenían una religión, la católica, los haitianos tenían creencias supersticiosas africanas que llamaban vudú, un gran obstáculo para avanzar hacia una cultura civilizada
c)     Las costumbres dominicanas derivadas de su afinidad con España eran muy diferentes a las haitianas que se derivaban de las africanas
d)    Los dominicanos eran mayormente mestizos y no tenían prejuicios raciales como los haitianos.
Desde que regresó a su país en 1831, a los 18 años de edad, este joven inició la tarea de independizar su país; en 1838 organizó un movimiento que llamó La Trinitaria y logró que la mayoría de los dominicanos creyeran en el.
Pero la reducida clase alta del momento no compartía esos ideales, para ellos los dominicanos no podían defenderse solos de los haitianos; debíamos librarnos de ellos, eso si, pero colocarnos bajo la protección de una de las potencias de la época, para evitar que nos dominaran de nuevo. Declarada la independencia, tomaron el poder,   desterraron a Duarte y mientras luchaban militarmente exitosamente contra los haitianos,  simultaneamente  buscaban la protección de  una de las potencias, lo cual lograron  en 1861 con España.
            La anexión  a España y la guerra restauradora hicieron desaparecer por el momento  el enfrentamiento entre  los dominicanos patriotas y los haitianos.
           Terminada esta guerra,  Fabré Geffrard, el presidente haitiano de esos días, quien había sido el gran aliado de los dominicanos durante el conflicto, propuso un pacto de paz, amistad y comercio entre los dos países. Se formaron comisiones para negociar y se llegó a una Convención  que fue ratificada por el congreso dominicano el 3 de septiembre de 1867. Pero para esa fecha  Geffrard había sido  derrocado y el congreso haitiano no ratificó la Convención. En ella se decía que la frontera sería objeto posteriormente de un tratado especial y que mientras tanto, los dos países conservarían sus posesiones actuales.          

 

sábado, 14 de junio de 2014

Una visita a la zona constitucionlista (y II)

Colaboración para La Información                                        AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com          UNA VISITA A L,A ZONA CONSTITUCIONALISTA (y II)
                                                                                     Julio M. Rodriguez Grullón

              Saliendo el 1er día de mi visita a  la zona constitucionalista vi a Cesar Gutierrez,  hermano mayor de Euclides y le pregunté por el.  Me dijo que estaba  entre los líderes  de la revolución cosa que yo hasta ese momento ignoraba. Le pregunté si sabía su teléfono me lo dió y llamé a Euclides. Nos juntamos al día siguiente en la tardecita  en un restaurante de Ciudad  Nueva cerca del malecón, no recuerdo el nombre y nos pusimos a hablar de todas las cosas que habían pasado.  Cerca de donde estábamos había un grupo  que cantaba Quisqueya….la tierra de  mis amores….. la conocida canción de Rafael Hernández que se había constituido casi en un himno de la revolución.
           De  nuevo  flotaba en el ambiente ese orgullo de ser dominicano, de haberse comportado gallardamente ante lo ocurrido. Sentí que Duarte, el Padre de la Patria se hubiera sentido orgulloso de este grupo de dominicanos, asi como  Duvergé, el soldado que se opuso al primer golpe de estado en el país y que 116 años mas tarde sería emulado por Rafael Tomás Fernández Domínguez.
            Me despedí de Euclides con un abrazo y no se lo dije entonces ni creo se lo he  dicho después, pero que orgulloso me sentí de tener un amigo que participara activamente en aquella  epopeya de la dominicanidad. Lo que si le he dicho varias veces es que el debe escribir un libro sobre este hecho  histórico, el mas importante ocurrido en el país desde   la muerte de Trujillo y en el cual estuvo involucrado  desde sus inicios.
            Ese día antes de juntarme con Euclides, había entrado de nuevo por la mañana, a la zona constitucionalista y recorrido en  mi vehículo varias calles de ella;  pude ver   numerosas casas con tremendos agujeros. Recuerdo una en la Cesar N. Penson cerca de donde mis tíos, que tenía toda una pared destrozada, consecuencia de un bazukazo.
            Por ninguna parte vi letreros alusivos al comunismo o a Fidel Castro, aunque ciertamente la invasión yanqui había empujado a los constitucionalistas en esa dirección.
            Esta segunda vez recuerdo haberme  juntado en la mañana con Rafito Pimentel (fallecido), en la calle Las Mercedes y nos sentamos a conversar  unos minutos en el parquecito donde está la estatua de María Trinidad Sanchez, en la esquina con la 19 de Marzo. Rafito, mi primo y vecino en  Montecristi,  estaba muy emocionado por lo que estaba ocurriendo y le brotaba  un patriotismo ardiente por su mirada.
            De regreso a  Montecristi, pude darme  cuenta de que todo aquel que entraba a la zona constitucionalista quedaba “fichado”,   pues mi amigo, el Dr. Juan E. Kunhardt, tan pronto  me vió me dijo “Creíamos que te ibas a quedar allá dentro”. Le dije que no, que se podía entrar y salir libremente de la zona, que yo quería ver con  mis propios ojos como era aquello y que si el quería también podía hacerlo. Con una sonrisa en los labios me dijo  “ No, yo no me acerco por ahí”
Como el Banco de Reservas no funcionaba, porque su oficina central estaba dentro de la zona constitucionalista, el Banco Agrícola, cuya oficina principal  estaba fuera de ella, estaba realizando todas las operaciones comerciales y los pagos de los empleados públicos  también se hacían a través de el.
            Como los periódicos tradicionales  dejaron de publicarse, las noticias sobre lo que estaba ocurriendo en las negociaciones  para terminar el conflicto no eran claras. Se rumoraban  muchas cosas la mayoría falsas, pero a finales de agosto, principios de septiembre se llegó a un acuerdo.

 

 

sábado, 7 de junio de 2014

Una visita a la zona constitucionalista

Colaboración para La Información                                  AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com          UNA VISITA A LA ZONA CONSTITUCIONALISTA (I)
                                                                                       Julio M. Rodriguez Grullón

            Para comienzos de agosto 1965, la situación alrededor de la zona constitucionalista se había estabilizado. Las negociaciones para terminar el conflicto con la mediación de la comisión de la OEA avanzaban y  en Montecristi mi curiosidad por ver con mis propios ojos el sitio del conflicto, me impulsó a realizar un viaje a la capital.
            En la carretera, fui detenido cuatro veces y mi vehículo registrado, en puestos de chequeos militares, para asegurase de que no transportaba ningún arma o equipo militar.
            Cuando llegué a Santo Domingo decidí tomar el malecón para ver hasta donde podía llegar y eso ocurrió frente al Hotel Jaragua donde  la avenida estaba llena de grandes piedras.
            Retrocedí, subí por la Ave. Máximo Gómez y en la Cesar Nicolás Penson doblé a la derecha rumbo al este y ver si podía llegar hasta la casa de  mi Tio Julio Rodriguez y su esposa Margot Escovar, donde siempre me hospedaba cuando venía a la capital
            Resulta que la alambrada  que los americanos habían tendido, subía por la Rosa Duarte y la casa de mi tío estaba de aquel lado de la alambrada, unos 30 metros en la acera norte de la calle, ubicada dentro de la zona constitucionalista. Nadie molestó a mis tíos o sus tres hijos. Tuve que dejar mi vehículo fuera de la zona constitucionalista, tomar mi maleta que fue registrada  y entrar a pie por la entrada que había en ese lugar, custodiada  por soldados de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP).
            Eran las cuatro de la tarde cuando llegue a la casa y poco después pude ver una patrulla de jóvenes militares constitucionalistas que montada en un jeep, se acercó al  lugar y dio la vuelta. Me dijeron que esa patrulla venia mañana y  tarde. Pude observar que los jóvenes se habían dejado crecer una barba y lucían desafiantes.
            También pude leer por primera vez la hoja impresa PATRIA,  que servía  de medio de difusión a las noticias provenientes de la revolución.
            Al día siguiente con mi amigo Ezequiel García Tatis, entré a la zona constitucionalista en mi vehículo, por la entrada para estos fines ubicada en la Ave. Independencia.
            A poco de entrar unos jóvenes que montaban un vehículo militar, me pidieron   gasolina, pero yo no había echado desde que llegué de Montecristi, así que les dije tenia poca y no podía darles y ellos dijeron entonces “está bien” y siguieron de largo.
            Ezequiel y yo parqueamos en la Arzobispo Nouel, cerca de la catedral y nos sentamos en un banco en el Parque Colón y conversamos sobre el futuro de este movimiento. Lo que pude apreciar claramente era  un aire de orgullo de ser dominicanos en los que estaban a nuestro alrededor, ya sea sentados como nosotros en algún banco o caminando llevando a cabo  sus afanes del día. Caminamos por El Conde, pasamos frente al asiento del gobierno de la Republica en Armas que era el Edificio Copello y me sentí emocionado.
            Después, Ezequiel y yo fuimos y saludamos los integrantes de los comandos montecristeños.  Lo mas curioso de todo era el continuo ruido del tableteo de ametralladoras que se escuchaba. Averiguamos que el ruido no se debía a  ningún combate, sino a que los jóvenes milicianos practicaban con sus armas, por si tenían que volverlas a utilizar.

 

 

 

 

 

domingo, 1 de junio de 2014

Colaboración para La Información                                  AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com    LOS HOSPITALES PUBLICOS EN ESTADO DE EMERGENCIA
                                                                          Julio M. Rodriguez Grullón

                Es noticia desde hace un par de semanas, la cantidad  de hospitales públicos que han sido declarados en estado de emergencia por los médicos que laboran en ellos, por la escasez generalizada  de insumos, las malas condiciones en que se encuentran las plantas físicas y  las enormes deudas contraídas por estos centros de salud.
                La situación se ha agravado por la epidemia de Chikungunya que nos azota y que  ha aumentado la demanda de consultas, análisis y medicamentos.
                Como se afirmó en el Hospital Dr. Robert Reid Cabral de la capital,  la forma como se realizó la suspensión de la cuota de recuperación ha venido a agravar la situación de los pacientes.
                En los hospitales públicos, la mayoría de los  pacientes pagaban sin protestar, modestas sumas, por la realización de análisis y procedimientos que permitían a los hospitales ofrecer esos servicios con calidad y con lo recaudado se obtenían los insumos para seguir operando el sistema. La mayoría de los pacientes que no podían pagar la cuota de recuperación eran exonerados de ella.
                El dinero de la subvención no alcanza para ofrecer  esos servicios, que ahora, simplemente no se están ofreciendo, de ahí el letrero en la puerta del laboratorio de emergencia del Hospital Dr. Luis E. Aybar (Morgan), el cual  carece de reactivos para su funcionamiento, pues con la cuota de recuperación que pagaban los pacientes por los análisis que allí se realizaban,  se compraban los insumos para que el laboratorio continuara funcionando.
               Esos servicios fuera de los hospitales cuestan el doble y el triple de precio.
               Asimismo el dinero de la cuota de recuperación ofrecía  un margen para poder pagar algunos empleados de los hospitales, que dejaron de cobrar por varios meses, cuando se suspendió la cuota de recuperación en agosto pasado.
                La cuota de recuperación no podía suspenderse, sin antes determinar los ingresos de los hospitales por este concepto y agregarle esa suma a su presupuesto.    
                Por otra pate, contar con un buen sistema de salud en países como Costa Rica cuesta al estado: En atención médica el 6.8% y en la seguridad social  el  6.7% (Total 13.5 % ) del producto nacional bruto. Nosotros  estamos muy lejos de esa cifra en los gastos estatales en  ese renglón y eso explica las deficiencias que arrastramos desde hace mucho tiempo  en nuestros hospitales.
                 Hay otra razón  para estar preocupados por el destino de los hospitales del estado, a pesar de la gran cantidad de nuevas plantas físicas que se han construido y otras que se están construyendo. Esa razón es la falta de concurso para el nombramiento de los médicos en los nuevos hospitales.
                Fue un grito de combate por décadas de la AMD, que las designaciones en los cargos de médicos en los hospitales, no se hicieran de dedo sino por concursos de oposición  de credenciales. Pero tenemos que decir que el último Ministro de Salud en nombrar médicos por concurso  fue el expresidente de la AMD, Dr. Erasmo Vasquez, allá por el año 1997. En el Siglo XXI, ningún  médico ha sido nombrado por concurso. Esto ha traído por consecuencia  una despreocupación por realizar trabajos de investigación y de mejorar el curriculum para ser competitivo y por ende una disminución en la calidad del médico.

                .