sábado, 29 de octubre de 2016

El ciclon Mathews y la ayuda dominicana a Haiti

                               EL CICLON MATHEWS Y LA AYUDA DOMINICANA A HAITI


 Cuando fui Presidente de la Sociedad Dominicana de Pediatría en 1977, gobernaba en Haiti, Baby Doc, el hijo del tirano Duvalier y fue un período en el que pude realizar varios viajes al país con quien compartimos esta isla.
            Durante la celebración de la parte social de las actividades científicas, pude conversar con varias de las personas de la minúscula clase alta haitiana, la que habla varios idiomas y educa sus hijos en Francia, Quebec en Canada o en Estados Unidos. Me quedaba atónito, al oirle decir a estas distinguidas personas,  que los culpables del estado de atraso de Haití, eramos los dominicanos, porque si la isla fuera todavía una e indivisible, la situación fuera diferente en su país.
            Al comunicarles mi extrañeza y desacuerdo con esa opinión, me decían que la parte mas productiva de la isla estaba de este lado y los haitianos ya no disfrutaban de sus beneficios.
            Esa es la mentalidad que todavía predomina en esa clase que no llega al 1% de la población haitiana, pero es la que por su condición social y preparación, ocupa los altos cargos en el “gobierno”, dirige la política haitiana y no deja apagar la animosidad en la clase baja hacia los “dominiquein”.
            La inmensamente predominante clase baja, agobiada por la  angustia de como van a sobrevivir mañana, es indiferente ante la situación, que como lo demuestra el activo mercado internacional  en Dajabón y otros pueblos fronterizos, solo busca negociar y lograr ventajas económicas  de los dominicanos, quienes  a su vez, buscan  la manera  de sacar provecho a esa necesidad,  introduciéndolos de contrabando a nuestro  país y traficando con todo lo imaginable por la frontera, burlando los controles que nuestras autoridades puedan establecer.
            Así las cosas, ocurren entonces desastres naturales como ciclones o terremotos y resulta, que la mayor ayuda que reciben los haitianos es la de los dominicanos y de inmediato aflora, por encima del beneficio a los damnificados, el resentimiento de la minúscula clase alta ya mencionada.
            Con motivo del reciente paso del huracán Mathews, hay en la actualidad  tropas extranjeras en Haití, procedentes de varios países, protegiendo los envíos de ayuda humanitaria a las desgraciadas  victimas de ese meteoro, pero la única tropa, que inmediatamente, un grupo de congresistas haitianos, de cuyo nombre no quiero acordarme,  representantes de la minúscula clase a la que me he referido , repudia inmediatamente, es a la dominicana, a quien se le exige abandonar  Haiti en 24 horas. Yo quisiera saber, en caso de negarnos, como iban esos  señores a obligarnos a cumplir esa exigencia.
Sin embargo, el Presidente Medina, prudentemente y para no  dar pie a controversias  banales, ya había sacado nuestras  tropas de Haití, en un gesto que lo coloca como un hombre que  evita conflictos pueriles innecesarios.
  Pero tenemos que terminar en esta isla, con esta situación de desconfianza y recelo entre estos dos pueblos, que aunque de origen y cultura diferentes, obligatoriamente tienen que compartirla.
Las circunstancias históricas en el siglo XIX, favorecieron a Haití, que por 22 años tuvo el dominio  completo de ella, hasta que el visionario de Juan Pablo Duarte, desde 1829, inició la lucha para independizarnos,  contra la idea prevaleciente entre los dominicanos de clase alta de esos días,  de que una separación y colocarnos bajo la tutela de una de las potencias de la época, era lo único viable; Duarte dijo que no, que podíamos ser libre e independientes de toda dominación extranjera y sus seguidores, en su ausencia, forzada por la persecución haitiana, la noche del 27 de febrero de 1844, sorprendieron a los separatistas, dando el grito de independencia. Independencia que los separatistas por 35 años trataron de liquidar , lográndolo en 1861 con la anexión a España,  la cual  fracasó, pues la semilla que había sembrado Duarte, germinó vigorosamente  el 16 de agosto de 1863 y recuperamos nuestra soberanía.   





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