sábado, 30 de julio de 2011

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com TRUJILLO: 50 AÑOS DESPUES
Julio M. Rodriguez Grullón
(V)

Cuando uno ve lo ocurrido en los primeros años de la dictadura de Trujillo, aprecia de inmediato, que la mentalidad caudillista se había mantenido en el país y que los caudillos no habían apreciado o menospreciaban, los profundos cambios que la intervención había producido en la vida nacional y que además, no tenían idea de la vesania criminal de Trujillo.
Cipriano Bencosme, Desiderio Arias, Los Perozo (familia a quien Trujillo le eliminó todos los varones de una generación) fueron aliados de Trujillo en 1930, en el golpe de estado contra Horacio Vásquez, porque pensaron que les convenía.
Luego quisieron tener vida política propia y Trujillo los eliminó fisicamente de este mundo. Posteriormente, Juancito Rodríguez, también aliado inicialmente, logró escapar al exilio.
El servicio de espionaje de Trujillo, descubría todas las conspiraciones, aún dentro del ejército, donde todos los intentos de rebeldía, por antiguos aliados, también fracasaron.
El terror difuso se apoderó del país, porque al ser reportado por los espías, muchos opositores, simplemente desaparecían.
Trujillo por otra parte, procuraba atraerse a los intelectuales de alguna relevancia, ofreciéndoles seguridad económica, siempre y cuando mantuvieran una línea de elogios continuos a su persona. Así vemos como Joaquín Balaguer, Virgilio Díaz Ordoñez, Juan Bautista Lamarche, Ramón Emilio Jiménez y otros, formaron un grupo que continuamente mantenían alabanzas al Jefe en los medios de comunicación.
Algunos intelectuales como Juan Isidro Jimenes Grullón y Juan Bosch, marcharon al exilio y desde allí hacían oposición. Pedro Henriquez Ureña, aunque decidió exiliarse, no hacia oposición a Trujillo. El único intelectual de relevancia, que permaneció en el país y no se doblegó ante ´Trujillo, fue Américo Lugo, quien murió pobre y aislado en 1952. Otros como Rafael F. Bonnelly y Manuel A. Peña Batlle, resistieron pasivamente unos años, pero terminaron integrándose al coro trujillista, que en 1936, llegó al extremo de cambiar el nombre a la ciudad capital, de Santo Domingo a Ciudad Trujillo.
Durante sus primeros años, Trujillo enfrentó una difícil situación económica, pues el mun- do estaba sumido en la peor depresión del capitalismo, desde finales de 1929.
En 1937 el horrorizó al país, con la matanza de haitianos, que cerró la frontera entre los dos países, por el resto de su dictadura. Luego Trujillo implementó un programa de dominicanización de la frontera.
La segunda guerra mundial, que estalló en 1939, favoreció grandemente a Trujillo, tanto a nivel internacional, como en el nacional.

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