sábado, 1 de mayo de 2010

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com EL BEISBOL COMO NEGOCIO (y II)
Julio M. Rodriguez Grullón
Al convertirse el béisbol en los Estados Unidos en un negocio multimillonario ha tenido repercusiones trascendentales en nuestro país.
Resulta que a los dominicanos no solo nos fascina el béisbol, es que también tenemos por razones antropológicas, condiciones excepcionales como atletas para practicarlo.
En la actualidad, alrededor del 8% de los jugadores de grandes ligas son de origen dominicano, incluyendo las grandes estrellas del juego como Alberto Pujols y Alex Rodriguez. Para un país que aun no llega a los 10 millones de habitantes, este es un hecho increíble. Por eso todos los equipos de grandes ligas han invertido en academias aquí para desarrollar peloteros.
El béisbol es, en nuestro país, una forma honesta de familias enteras salir de la pobreza, cuando uno de sus jóvenes es firmado por alguna organización de grandes ligas para jugar profesionalmente, aunque ese joven luego fracase en su carrera, pues el bono millonario que recibe por firmar, es suficiente para que todos asciendan de inmediato, en la escala del bienestar.
Esto es lo que a mi juicio está en peligro actualmente con la implantación del “daft”, pues en Puerto Rico esto ha terminado con esos bonos, en consecuencia, el interés por el béisbol ha decaído, el número de jugadores boricuas en las grandes ligas desciende en picada y la liga de béisbol profesional de invierno allí, otrora una de las mas pujantes en el Caribe, en la actualidad languidece, al borde del colapso económico.
El draft obliga al joven a firmar con el equipo que lo reclama en un sorteo. Es cierto que se obtiene un bono, pero no como los actuales, pues el joven si no se pone de acuerdo con el equipo que lo eligió, tiene que esperar el draft del año próximo para repetir el mismo proceso.
Las grandes ligas (MLB) ha esgrimido como argumento para enviarnos un zar, las anomalías que con frecuencia ocurren en la firma de los jóvenes peloteros, producto del “tigueraje” de este país. Lo que pasa es que estas anomalías no son nuevas, no son exclusividad nuestra y no siempre tienen consecuencias negativas.
En 1961, los Mellizos de Minnesota firmaron un prospecto cubano llamado Tony Oliva. Luego se supo que Tony no era su nombre, que el había usado el pasaporte de su hermano para quitarse tres años de edad. Todo lo que hizo “Tony” (quien jugó aquí con el Licey,) fue ganar tres campeonatos de bateo en la Liga Americana, en una carrera de 15 años con los Mellizos.
Estamos de acuerdo en que debemos corregir las anomalías en la firma de jóvenes prospectos y ojalá lo hiciéramos sin que venga un zar de MLB a humillarnos.
En lo que no estamos de acuerdo es que se tomen de pretexto para imponernos el draft. No estamos en Puerto Rico, tenemos una patria que nos legó Duarte y mucho trabajo nos ha dado conservarla. Para algo nos debe de servir

No hay comentarios:

Publicar un comentario