sábado, 7 de febrero de 2015

Los XII años de Balaguer (VIII)

Colaboracion para La Informacion                                          AYER Y HOY
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                                                                                     Julio M. Rodriguez Grullón

Reanudamos el relato histórico de esta época tan difícil de nuestra historia, que siguió a la  guerra civil de 1965 y  la violación de nuestra soberanía por segunda vez en el siglo pasado por las fuerzas armadas norteamericanas, hechos que   dejaron una estela de odios y rencores que provocaron numerosos actos criminales imperdonables.
Las elecciones de 1974.-
Balaguer no creía en la alternabilidad al frente del estado.
Aunque era un hombre instruido y poseía el suficiente poder para haber implantado en ese momento, el sistema que ha probado ser el mejor para un país, de no mas de una reeleción, para un presidente con períodos de cuatro años, pesó mas en el caudillismo,  que tan nefastamente ha imperado en la mentalidad de nuestros líderes políticos, desde Santana, Baez, y demás, hasta llegar a Trujillo, de quien Balaguer fue un colaborador, cada vez mas prominente, por los 31 años de su tiranía. Se perdió así la oportunidad de  iniciar en nuestro país, el sistema  político que llevó a los Estados Unidos de América, donde jamás ha ocurrido un golpe de estado, de unas colonias británicas en la costa noreste de norteamérica, que se rebelaron en 1776 y que en 1789 lo adoptaron, a convertirse en la primera potencia mundial indiscutida, 200  años después (1989).  
A pesar de que había prometido en 1970, que no intentaría reelegirse en 1974, anunció en marzo de este año, su repostulación a la presidencia, para un tercer período.
Es por esto que estoy de acuerdo con describir los 12 años, como la época de un despotismo ilustrado. En este sentido, comenzando por su Partido Reformista, aunque tenía sus estatutos, para el era como si no existieran, pues lo manejaba según su criterio personal y se acabó. Nadie se atrevía a protestar de una medida que el adoptara, aunque fuera una violación flagrante de esos estatutos.
Las elecciones que bajo su dominio se efectuaban, estaban muy lejos de ser elecciones limpias.
Las Fuerzas Armadas participaban en ellas  descaradamente y en estas de 1974, recuerdo claramente haber visto los soldados patrullando, montados en sus vehículos, con pañoletas rojas (color del partido reformista de Balaguer), en la punta de sus fusiles, para de esa forma amedrentar a la población,  advirtiéndole sobre las terribles consecuencias a que se exponía, si votaba en contra del caudillo.
Los atropellos contra miembros de partidos opositores, se producían con frecuencia, los cuales se acrecentaban a medida que se acercaba la fecha de las elecciones.
La Junta Central Electoral carecía de autonomía y su veredicto sobre el resultado de las elecciones, se sabía de antemano.
Ante esta situación, la oposición, que había logrado articular una fuerte alianza de partidos, nucleada alrededor del PRD, llamada Acuerdo de Santiago, que presentaba al señor Antonio Guzmán como su candidato presidencial, decidió a última hora, abstenerse de participar en ellas.
Para no participar solo, lo cual no le convenía desde el punto de vista internacional, Balaguer logró que el minúsculo Partido Demócrata Popular, del ex contralmirante Homero Lajara Burgos, participara en las elecciones y para no parecer que el triunfo fuera tan aplastante, se especula que ordenó otorgarle mas votos de los obtenidos realmente. Aun así, con una abstención del electorado  de un 45%, Balaguer obtuvo 942,276 votos (81.9% %) y Lajara Burgos 170,763 (18.1%)
El PLD también se abstuvo de participar en las elecciones, junto a una alianza que había realizado con partidos de izqda. Con esta segunda reelección, Balaguer demostró que pretendía, como tantos otros gobernantes dominicanos, mantenerse en el poder indefinidamente.


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