sábado, 23 de noviembre de 2013

Colaboración para La Información                                   AYER Y HOY
articulosdeopinon2004@yahoo.com                    EL GOBIERNO DE FACTO DEL TRIUNVIRATO
                                                                                           Julio M. Rodriguez Grullón


                Para 1963, la clase economicamente poderosa  dominicana, estaba asustada con la popularidad de Fidel Castro y el gobierno  comunista que había surgido en Cuba y quisieron frenar lo que consideraban un peligro para sus intereses, utilizando la fuerza.
                 La situación que surgió para esa clase socioeconómica en su mayoría pertenecientes a Unión Cívica Nacional, era contradictoria, pues el triunvirato se apoyaba en el ejército,  el mismo que esta clase argumentaba, que el borrón y cuenta nueva de Juan Bosch durante la campaña electoral de 1962, arrojaba un manto de impunidad a los crímenes cometidos por miembros de ese cuerpo militar  durante la tiranía. Sin embargo la gran diferencia era que  Bosch utilizaba una táctica para ganar unas elecciones y durante su gobierno, no se cometían atropellos contra la población por parte de los militares.
Esa situación cambió durante el gobierno del triunvirato  y se agravó, después de los fusilamientos de Las Manaclas, cuando la población  se tornó hostil hacia los militares y comenzaron los enfrentamientos y las huelgas populares contra el gobierno de facto, que  eran reprimidas  con violencia.
Por otra parte, los partidos y líderes derrotados en las elecciones de diciembre de 1962, adquirieron vigencia y cargos en el gobierno; el “anticomunismo” se puso de moda y rendía beneficios económicos, por lo que surgieron anticomunistas profesionales, el mas vocinglero de los cuales  era  Rafael Bonilla Aybar (Bonillita).
Además de los cívicos y los militares, el triunvirato contaba con el apoyo  de los norteamericanos  quienes le otorgaban prestamos generosamente y la deuda pública nacional se elevò de 50 a 150 millones de dólares rápidamente. También apoyaba al triunvirato la jerarquía eclesiástica, pero a medida que  pasaron los meses, muchos curas se fueron desencantando con el gobierno.
Los militares terminaron dividiéndose en facciones,  una  encabezada por  Rafael Fernández  Domínguez (hijo de uno de los generales mas temidos de Trujillo), que propugnaba por el  regreso de Bosch al poder, sin celebrar elecciones, otra   que encabezaba Neit Nivar Seijas, promovía el retorno de Joaquín Balaguer a la presidencia y Elias Wessin, que permanecía fiel a Reid Cabral. Balaguer en el exilio, había fundado su Partido Reformista en  junio de 1963 y los Reformistas, habilmente dirigidos por su líder, eran aliados de los perredeistas en estos días, en que su enemigo común era la Unión Cívica Nacional.
La aparición de las cantinas  militares, mediante las cuales se introducían al país sin pagar impuestos, artículos de todas clases, que luego se vendían en el mercado nacional, como los beneficios no se repartían  equitativamente, ahondaron las diferencias entre los militares. La Policía  Nacional, encabezada por su comandante, Belisario Peguero, era una de las mas beneficiadas  con las cantinas.
Para tratar de legalizar su situación, Donald Reid Cabral, el presidente del triunvirato, comenzó a organizar un proceso electoral, en el cual se candidatiaría para la presidencia de la república, prohibiendo en ese proceso, las candidaturas presidenciales de Balaguer y Bosch.

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario