domingo, 11 de diciembre de 2011

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com La guerra civil española 1936-39 (III)
Julio M. Rodriguez Grullón

La división del ejército en sur y norte determinó que los rnejores soldados, veteranos de las guerras del norte de Africa, quedaron bajo el mando de Franco y Mola en el sur. Estas tropas fueron transportadas desde Africa por aviones alemanes e italianos, demostrando que Hitler y Mussolini estaban del lado de los rebeldes, que adoptaron el nombre de nacionalistas, pero que en esta narración seguiremos llamando rebeldes.
El ejército del norte rapidamente se desorganizó y los defensores del gobierno estaban integrados por grupos que carecían de la coherencia de un mando centralizado, pues cada sindicato, partido o grupo que apoyaba a la república, se armaba y marchaba desorganizadamente hacia el sur, siendo detenidos por los rebeldes, a quienes sin embargo, les era difícil avanzar y tomar control del territorio central y norte de España.
Esta fue una guerra civil de las mas crueles que registra la historia.
Cuando un territorio que había estado en manos de la república caía en manos de los rebeldes, sin juicio se llevaban de paseo y se ejecutaban miles de personas. Lo mismo ocurría si una región en manos rebeldes por uno de los vaivenes de la guerra, caía en manos republicanas.
Las potencias mundiales se alinearon, Rusia en favor de la república y los comunistas realmente tomaron la dirección de la defensa de la república. Hitler y Mussolini con Franco. Inglaterra, Francia y Estados Unidos neutrales, pero la TEXACO, la compañía petrolera americana, abasteció de combustible durante toda la guerra a los rebeldes.
La lucha por controlar el espacio aéreo demostró que los aviones alemanes eran superiores a los rusos y los rebeldes tuvieron este factor a su favor, así como la disciplina de su ejército.
En septiembre de 1936, Franco y Mola planearon tomar a Madrid. Ante el peligro, la sede del gobierno republicano se trasladó a Valencia. Pero en el camino a Madrid, Franco se retrasó un mes para tomar a Toledo y en ese tiempo llegaron las armas rusas a Madrid y los republicanos reorganizaron su ejército. Por la ayuda rusa, Stalin hizo trasladar a Rusia todo el oro de la reserva monetaria española.
El ataque a la ciudad se inició a principios de noviembre. Cuando periodistas internacionales le preguntaron a Mola, cual de sus cuatro columnas tomaría primero a Madrid, el general respondió: La quinta columna, que son los seguidores nuestros que hay en la ciudad. Esta frase se ha hecho célebre desde entonces para denominar fuerzas amigas entre las enemigas, o fuerzas enemigas dentro de las propias.
Los republicanos lograron defender con éxito la ciudad.

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