sábado, 31 de agosto de 2019

Inglaterra en el Siglo XVI

Inglaterra en el siglo XVI

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 30.08.2019 - 5:03 pm
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Las revoluciones religiosas iniciadas en el continente europeo, repercutieron de forma significativa en esta isla, próxima al continente, durante este siglo, que también marcó su incremento en importancia en la historia universal.
    
Inglaterra  sufrió varias sacudidas religiosas, mezcladas con la política durante este siglo. Lo comenzó ligada  como toda Europa, al Papa de Roma, hasta que en 1533 su rey Enrique VIII, decidió separarla y convertirse el, en la cabeza de la Iglesia Anglicana.
    
El no cambió nada de los ritos y las creencias católicas, simplemente que los obispos, en vez de nombrarlos el papa, los nombraba el Rey, que se convertía así en la máxima autoridad civil, militar y  religiosa  del país. Enrique VIII encarcelaba y eliminaba, a los que persistían en mantenerse leales al Papa, como  Tomas Moro, quien aunque era amigo de Erasmo de Rotterdan y criticaba al Papa, al igual que este, no desafió nunca su autoridad religiosa y era por esa razón, un crítico opositor de Lutero.
Varios factores incidieron en este cambio que introdujo Enrique VIII.
    
El primero fue político.
Se acababa de descubrir nuevas tierras en 1492 y en 1493, el Papa Alejandro VI, tomó el mapa mundi de entonces  y trazó una línea en el, diciendo que todas las tierras que se descubrieran al oeste y al sur de ella,  pertenecerían a España y todas las que se descubrieran al este pertenecerían a Portugal. (De ahí surge el gran tamaño de Brasil).
Este acuerdo, ratificado en Tordesillas, colocó esta línea a 370 leguas (para los españoles en esa época, una legua equivalía  5,573 metros) esto es, unos dos mil kilómetros, al oeste de las Islas Azores y dejaba fuera de las nuevas tierras a un país de marineros, como era Inglaterra.
    
Así que si Inglaterra  pretendía poseer tierras en el llamado nuevo mundo, tenía que desobedecer  al Papa en su autoridad política, no necesariamente la religiosa, pues aquello era  obviamente cosa del cesar.

El segundo fue que Enrique VIII era un hombre  mujeriego y quería deshacerse de su primera esposa y casarse con otra mujer y el Papa se negaba a divorciarlo, por lo que el ahora al ser cabeza de la Iglesia  Anglicana simplemente se divorció  a si mismo y tomó otra mujer.

Enrique VIII terminó teniendo hijos con tres mujeres y sus hijos Eduardo VI, María e Isabel,  eran solo medio hermanos y al morir su padre la situación religiosa y política en Inglaterra se tornó cambiante..
    
Al  morir Enrique VIII en 1553, inicialmente lo heredó Eduardo VI,  quien mantuvo a Inglaterra como país protestante, reinó seis años y murió. Lo sucedió su hermana María, que era católica y de .nuevo unió Inglaterra  al Papa en Roma y entonces se persiguió a los que persistían en ser anglicanos. María reinó cinco años y murió y entonces  la sucedió su hermana Isabel, quien gobernó por largos años (1559-1603) y fue quien  definitivamente convirtió a Inglaterra en un país anglicano, donde se perseguía a los católicos o protestantes de otras denominaciones que no fuera la anglicana y fue lo que dió origen a las migraciones de ingleses hacia las costas de norteamérica, a principios  del Siglo XVII.
     
Como vemos el siglo XVI, fue un siglo de grandes cambios  políticos,. religiosos y comerciales en Europa.

El descubrimiento de nuevas tierras hacia el oeste, hizo que cambiara el mapa económico y comercial en ella, pues hasta ese momento, las principales rutas comerciales eran por tierra con Asia y las ciudades del norte de Italia, Venecia,  que era la primera a la que llegaban los viajeros ,  Florencia y  otras  de la Lombardía, eran las mas importantes.
    
Ahora, con la llegada de oro, plata  y productos de las nuevas tierras, las ciudades   situadas en los países al oeste del continente,  Inglaterra, Francia, España y Portugal pasaron a ser las dominantes y se convirtieron en las mas poderosas, desatándose una competencia fiera entre esos países, por dominar el tráfico de productos traídos de las nuevas tierras.

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