sábado, 29 de julio de 2017

Duarte XXI

ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                   AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com           JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (XXI)
                                                                     Julio M. Rodriguez Grullón

EL TERREMOTO DE 1842.-
Periodicamente  nuestra isla, que tiene varias fallas tectónicas que la atraviesan de oeste a este por varios sitios, (una de ellas pasa por aquí por Santiago) es sacudida por terremotos, produciéndose uno muy severo, aproximadamente cada 100 años.
Tuvimos uno en agosto de 1946, donde se produjo hasta un tsunami en la costa de Nagua (entonces conocida como Julia Molina, en honor a la madre de Trujillo) y uno también muy fuerte  el 7 mayo de 1842.
Parece que el de 1842 tuvo como epicentro la falla tectónica que pasa por esta ciudad, pues dicen los historiadores que la destruyó, así como destruyó también a Cabo Haitiano y afecto grandemente a La Vega..
Los que vivimos el terremoto de 1946 y recordamos el  pánico que cundió en la población en esos días, podemos imaginarnos bastante bien, el efecto del de 1842 en el ánimo del pueblo y estoy seguro que Duarte, aprovechó el momento para destacar que no teníamos un gobierno que se ocupara en socorrer a los damnificados afectados  por el fenómeno telúrico. El daño físico que causó en las demás ciudades  y la carga de trabajo y recursos de  todas clases que implicaría restaurarlas y corregir los daños, también repercutió en el aspecto político  de entonces en la isla, cuando el año siguiente, Eustaquius Juchereau Saint Denys, quien debió instalarse como cónsul de Francia en Cabo Haitiano, en vez de eso lo hiciera en Santo Domingo.
Saint Denys no encontró una casa adecuada en Cabo Haitiano para instalar su consulado, pues el terremoto había destruido las mejores de la ciudad. Por esa razón, al concretarse el acuerdo de Baez con el cónsul Levasseur en Puerto Principe, en diciembre de 1843, Saint Denys, quien estaba  libre por la causa señalada, fue designado cónsul en Santo Domingo, para ejecutar este plan y es lo que muchos historiadores pasan por alto, cuando analizan porque los Separatistas (Baez Bobadilla, Santana , Caminero y demás)  se impusieron a los independentistas,  encabezados por Duarte.
Simplemente los Separatistas contaron con la colaboración abierta, del cónsul francés, de quien Duarte se percató de sus intenciones y jamás se acercó a su consulado buscando ayuda, después de su regreso el  15 de marzo de 1844, pues apreció rápidamente  de que lado estaba el francés, en la pugna que surgió entre los dominicanos, después del grito del 27 de febrero de 1844 en la noche y el triunfo en las batallas de marzo contra los haitianos que le siguieron.
Por otra parte el movimiento conspirativo contra Boyer que se fraguaba en toda la isla,  se benefició del terremoto y el disgusto que produjo la poca acción de Boyer, para reparar los daños que causó. (Que Saint Denys no encontrara casa en Cabo Haitiano mas  de un año después de ocurrido el terremoto, es prueba inequívoca de ello).
Ese movimiento se había iniciado en la Cámara de Diputados, donde un grupo de ellos se opuso al tratado que había acordado Boyer con Francia, para que esta reconociera la independencia de Haití, pagando este la suma de 150 millones de francos, suma exhorbitante en esos días.
Los diputados fueron Dumesle, Saint Preux,  Couret, Lartigue y Beaugé, quienes fueron expulsados arbitrariamente de la Cámara por Boyer.
Pero en las elecciones que tuvieron lugar en 1842, estos diputados fueron reelegidos por los votantes de sus  comunidades y Boyer se negaba a aceptar que pudieran regresar a sus curules.


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