sábado, 21 de diciembre de 2013

UN PASO ATRAS

Colaboración para La Información                    AYER Y HOY                                     
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                                                                 Julio M. Rodriguez Grullón

              De 1902 a 1933, el Caribe soportó la política del garrote y el dólar de Estados Unidos  en la que este país, además de arrancarle Panamá a Colombia (1903), ocupó militarmente a Haití (1915-33), Republica Dominicana (1916-24) y Nicaragua (1912) y (1927-33). A Cuba, los “marines” la ocuparon de 1898 a 1902  y luego apoyados en la enmienda Platt de la constitución cubana, entraban y salían libremente de ella, haciéndolo tres veces en este periodo.  
              Durante sus intervenciones, los americanos organizaban un ejército local, que aun después de abandonar los marines  el país, seguían controlando y que habitualmente eran productores de dictadores en esos países. Esos ejércitos tuvieron destinos diferentes.
              El de Cuba, fue derrotado por la revolución de Fidel Castro en el año 1958,  el de Nicaragua, fue derrotado por la revolución sandinista en 1979, el de Haití fue desintegrado en 1994 por los mismos Estados Unidos, tras ejecutar un golpe de estado en 1991, contra un  gobierno salido legalmente de las urnas. Ese año se inició el proceso de  formación de una fuerza militar de las Naciones Unidas que terminó con la formación de la  MINUSTAH en 2004.
              El ejército nuestro, de 1924 a 1930, fue tomado por Trujillo, quien engañó a Horacio Vasquez y fue el soporte de su cruel dictadura de 31 años (1930-61).
              El borrón y cuenta nueva de Bosch, para las elecciones de diciembre de 1962, propició que  los crímenes cometidos durante la dictadura quedaran impunes, aunque el comportamiento de sus integrantes era ahora distinto a los de los tiempos de Trujillo.
             El golpe de estado de septiembre de 1963, creó una situación de enfrentamiento entre ese ejército y la población civil, pues provocó el alzamiento de las guerrillas de noviembre de ese año y  el fusilamiento de sus cabecillas en diciembre, en Las Manaclas, después de haberse rendido.
             La división del ejército en abril de 1965, en la que el bando  que propiciaba el regreso de Bosch al poder sin la celebración de elecciones, decidió  entregar armas a la población civil que lo apoyaba, provocó la segunda intervención  militar norteamericana del siglo pasado, que terminó con la llegada de Joaquín Balaguer a la presidencia de la república, en 1966 y el establecimiento de  un período de 12 años, en el que miembros de ese ejército  cometieron  crímenes horribles, contra dirigentes de izquierda y los que apoyaron la revolución que favorecía a Bosch.
             La llegada de Antonio Guzmán y el PRD al poder en 1978, por la vía electoral,  inició un proceso de saneamiento y profesionalización de ese ejército, que aún tiene un trecho por recorrer.
             De repente, la XII graduación de cadetes de la fuerza aérea, reabre una herida que sanaba lentamente, al publicarse que se le daba el nombre a la promoción, de uno de los asesinos mas connotados de la tiranía trujillista. El  proceso de saneamiento ha dado un paso atrás, que nos deja consternados. Las explicaciones que se dan de la causa del  “error” son poco convincentes.  
            Pienso que debe sancionarse con la expulsión de las filas de la  institución castrense, al culpable de este desatino, no encubrirlo, pues la impunidad, es uno de los problemas que está perjudicando a la democracia, que tan trabajosamente, estamos tratando de establecer en este país.

 

 

 

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