domingo, 22 de septiembre de 2013

Colaboración para La Información                                           AYER Y HOY
articulosdeopinon2004@yahoo.com                LA ERA DE TRUJILLO. EPILOGO (y II)
                                                                                      Julio M. Rodriguez Grullón

                Al mismo tiempo que sembraba el terror, Trujillo se iba apoderando de negocios, creando monopolios   y arrebatando tierras.
                A partir de 1946, comenzó la economía mundial a recuperarse de la segunda guerra mundial y nadie podía en el país competir con Trujillo en los nuevos  negocios e industrias que iban surgiendo. El dictador desplazó incluso a los norteamericanos como el principal poder económico en el país, llegando  a controlar el y sus allegados el 50% de la economía nacional; la otra mitad estaba un 25 % en manos extranjeras y  un 25% en capital dominicano, de algunas familias tradicionales, que pudieron resistir como pudieron, la embestida trujillista.
                Bosch dijo muy claro, que en los 1950 no se podía comprender lo que ocurría en el país, si no se le veía como una empresa, en la que Trujillo era el dueño y los demás dominicanos, sus aterrados  empleados. En esa empresa se pagaban salarios de hambre y se ahondó la división entre ricos y pobres, que arrastramos desde los tiempos coloniales.
                Trujillo estaba rodeado de un ambiente de degradación moral y de adulones, que competían entre si por mantener su favo.
                Aun Paulino, el favorito mas capaz que tuvo,  tenía que hacer en ocasiones las veces de celestino, para satisfacer el apetito sexual insaciable de Trujillo. Entonces no se puede  pretender, que otras figuras pudieran mantenerse por mucho tiempo en el favor del tirano, sin  proporcionarle satisfacción a su líbido.
                Todo este halo tenebroso de crímenes y degradación moral, que rodea la figura de Trujillo, no debe hacernos perder de vista lo siguiente:
                El poseía una energía para el trabajo increíble, tenía visión política para saber que hacer en determinado momento para favorecer sus intereses personales, que llegaron a confundirse con  los del estado, un estado que el encontró débil y al que fortaleció, porque le convenía personalmente.
                Es por eso imposible negar que Trujillo sentó  las bases del  estado dominicano como lo conocemos actualmente, dotándole de dos instrumentos imprescindibles  para   su funcionamiento.  El le dió frontera y moneda.
                Asimismo realizó obras de infraestructura, como carreteras, puentes y acueductos, impulsó la educación y mejoró la salud del pueblo. Adquirió la producción de la energía eléctrica y los apagones eran desconocidos bajo su mandato.
                Todas estas cosas, junto con el  orden y la poca cantidad de delitos que se cometían, debido a la parálisis que producía el terror difuso, hacen que con frecuencia oigamos decir que necesitamos otro Trujillo para enderezar este país.
                Nada mas lejos de la verdad.
                La actual situación se debe a  que después de su muerte, las fuerzas del mal se han desarrollado de tal forma,  que  las del bien apenas pueden controlarlas.  Las fuerzas del bien no se fortalecen en  una dictadura. Debemos por encima de todo,  mantener  nuestra  libertad  y el orden y el bien prevalecerán. No hay que desesperarse

 

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