sábado, 19 de febrero de 2011

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TRUJILLO Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Julio M. Rodríguez Grullón

El estallido de la segunda guerra mundial sorprendió a Trujillo en Francia donde había ido a unirse con su esposa María Martinez, después del nacimiento del segundo vástago de la pareja (Angelita), quien había nacido en París algunas semanas antes. En la parte inicial de su viaje, había pasado unas semanas en los Estados Unidos y se había percatado del ambiente anti-Hitler prevaleciente allí
Este viaje y la segunda guerra mundial, favorecieron grandemente a Trujillo.
En los Estados Unidos trató informalmente al Presidente Roosevelt y al Secretario de Estado Cordel Hull y con el ambiente de guerra prevaleciente, estos contactos permitieron que estos altos personajes del gobierno americano le tomaran confianza.
La guerra hizo que los principales productos de exportación nacionales subieran de precio y las empresas de Trujillo prosperaran, a la vez que el gobierno veía aumentar sus ingresos por concepto de impuestos considerablemente, particularmente cuando el dictador pasó a controlar las aduanas del país, a partir de 1941.
Al referirse a este tema, el profesor Juan Bosch escribió , en su obra, Trujillo causas de una tiranía sin ejemplo (Editorial Alfa y Omega, 8va edición , Sto Domingo, 2009, páginas 11 y 12) :
“ Las presiones económicas y políticas desatadas por la guerra mundial de 1939-45, ampliaron a términos fabulosos la base económica de la empresa trujillista y al terminar la guerra, el país no era sino el territorio de la empresa y sus habitantes, los esclavos aterrorizados del empresario”
Y en las páginas 148 y 149 de la citada obra, el profesor agrega:
“Al carecer de conciencia moral, Trujillo mide la conveniencia de un acto suyo por el beneficio económico que le rinde, no por el daño o el bien, por la humillación o la honra, por la muerte o la salud que pueda originar”. “Para Trujillo solo cuenta el; la satisfacción de sus deseos, el aumento constante de sus caudales, de su poderío político y de su figuración”•
Después que los japoneses atacaron a Pearl Harbor en Hawaii, en diciembre de 1941 y los Estados Unidos declararon la guerra al Japón y luego al resto de las potencias del eje, Trujillo apoyó a los americanos, aunque nunca envió ningún soldado de su dictadura a pelear a los campos de batalla de Europa, el Pacifico o cualquiera de las otras zonas del mundo donde se efectuaban combates.
En su viaje de regreso en 1939, Trujillo se reconcilió con su antiguo aliado, Rafael Estrella Ureña, quien tras un exilio de ocho años, sumido en la miseria, se resignó a reconciliarse con el tirano. El yate Ramfis fue enviado a buscar a Estrella Ureña a Cuba y el ex-presidente regresó al país por Puerto Plata, en diciembre de 1939.

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