sábado, 5 de enero de 2019

Duarte emprende viaje de regreso a la Republica Dominicana


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                             AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com    JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (LXXV)                             
         DUARTE EMPRENDE VIAJE DE REGRESO A LA REPUBLICA DOMINICANA
                                                   DR. JULIO M. RODRIGUEZ GRULLON

Terminada la triunfante revolución federalista en Venezuela, que produjo un gran cambio en la política de este país, pues se terminaron los privilegios que retenían desde la independencia un grupo de “mantuanos” y se adoptó el sistema de dividir el país en estados, en vez de provincias, se despejó el camino para que Duarte pudiera obtener la anhelada ayuda que estaba buscando desde hacía mas de un año, para luchar por la restauración de su Republica Dominicana.
Figura clave para que pudiera obtenerse esta  ayuda, fue el joven Manuel Rodriguez Objío, quien lo puso en contacto con el Gral Manuel E. Bruzual, (el soldado sin miedo),   sobrino  del  Dr. Blas Bruzual amigo de Duarte, quien era Consejero de Estado  del nuevo gobierno  venezolano.
Fue Blas Bruzual, quien moviéndose en las esferas gubernamentales, logró  una cita con el nuevo líder de Venezuela, el Gral  Juan Crisóstomo Falcón, descendiente de dominicanos, con quien logró reunirse en presencia del General Antonio Guzmán Blanco, Vice Presidente de la Republica y Ministro de Relaciones Exteriores y Hacienda del nuevo gobierno, el  16 de enero de 1864, donde se le concedió secretamente, una ayuda de mil pesos.
La ayuda se hizo confidencialmente, para no indisponer al nuevo gobierno venezolano, con el de Isabel II en Madrid. Por las mismas razones recién señaladas, para concertar los detalles del viaje y contratar una embarcación que lo llevara a la Republica Dominicana, Duarte se trasladó a Curazao, posesión holandesa, pero aún allí, no encontró quien lo llevara directamente a la Republica Dominicana, a un puerto controlado por los restauradores, sino que el 23 de febrero de 1864, contrató en Willemstad, por 500 pesos,  la goleta holandesa  “Gold Munster”, para que lo llevara a las Islas Turcas y desde ahí, el tendría que buscar otra embarcación que lo trajera a las costas dominicanas.
Fueron unos días muy agitados los que pasó Duarte en la capital de Curazao, donde hizo contacto con los hermanos José y Agustín Rodriguez Montaño.
Desde Willemstad, Duarte regresó a La Guaira en Venezuela, de donde pasó a Caracas    y obtuvo mil cien pesos para poder comprar pertrechos de guerra que llevarle a los restauradores. Logrados estos objetivos, regresó a la Guaira y el 2 de marzo de 1864 en la noche, partió con sus acompañantes desde  allí, hacia las Islas Turcas.
La misión diplomática española en Caracas, tenía bien vigilados los pasos que daba Duarte y enterada la misión,  de que se había embarcado con cuatro .compañeros mas y pertrechos militares en La Guaira, en una goleta holandesa, decidieron enviar al vapor español Africa, movido a vapor, para  que vigilara en que dirección se dirigían.
La goleta Gold Munster, no podía competir en movilidad con el Africa, así que este estuvo a la vista de los viajeros todo el trayecto, hasta que desembarcaron en la isla turca de Cayo Sal, después de una travesía de ocho días, en que bordearon nuestra  isla por el extremo occidental, cerca de la península de Tiburón,  cruzaron el Canal de los Vientos que la separa de Cuba y penetraron en el Atlántico,  hasta llegar a su destino. 
De Cayo Sal pasaron Duarte y sus acompañantes al Gran Cayo, donde por una semana, estuvieron buscando quien los trasladara a la costa norte de la Republica Dominicana, hasta que al fin lograron fletar otra embarcación que los llevaría a Cabo Haitiano, donde llegaron el 19 de marzo.
Después de cinco días en esta ciudad, lograron contratar, el 24 de marzo, otra goleta, conducida pradojicamente por un español,  que los llevara a Montecristi...
Pero no soplaba brisa que impulsara la nave y tuvieron que esperar en Bayajá,(actual Fort Liberté) hasta el día siguiente, para que esta apareciera y poder continuar su viaje y llegar a  Montecristi, hacia donde partieron temprano en la mañana del día siguiente.

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