sábado, 27 de octubre de 2018

El trauma psiqiuico de Duarte

El trauma psiquico de Duarte

Julio M. Rodríguez 
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 26.10.2018 - 8:13 pm
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Duarte era muy sensible a que por su causa, se derramara sangre entre dominicanos y menos para que el fuera presidente, pues como les dijo a los puertoplateños, al final de  su carta fechada en Santiago, el 20 de julio de 1844, al no aceptar la petición de que aceptara la   presidencia de la república  … “Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro:

el verlos libres, felices, independientes y tranquilos”
Pero Santana no entendía nada de esto. Para el, Duarte estaba en Saint  Thomas y había descubierto una conspiración para derrocarlo y seguramente que Duarte era parte de ella, e iba a dar un ejemplo, de lo que estaba dispuesto a hacer para permanecer en el poder.

Fusilaría a los principales implicados, en la trama, aunque hubiera una mujer entre ellos y aunque esa mujer fuera tía de Fco del Rosario Sanchez.

Asi que el 27 de febrero fusiló a María Trinidad Sanchez, al hermano de Sanchez, Andrés y a los patriotas Nicolás de Bari y José del Carmen Figueroa.
   
Debemos saber que para Santana, Bobadilla y demás separatistas, el 27 de febrero no tenía significación alguna. Aunque la constitución de San Cristobal lo señalara, como el día de la independencia, ellos celebraban el 2 de marzo, como el día en que se inició la Republica Dominicana, .que fue al parecer, el día en que Bobadilla tomó posesión oficialmente de la Junta Central Gubernativa (JCG)

No está claro, cuando .comenzó a celebrarse el  27 de febrero, como día de la independencia, pues  seguro que  Baez tampoco lo celebraba, cuando a el hubo que meterlo preso en esos días porque no  estaba de acuerdo con ese  pronunciamiento y se negaba a pronunciar a Azua, en favor de la causa independentista.

A Baez lo trajeron preso a Santo Domingo los duartistas y fue liberado por gestiones del cónsul Saint Denys.
   
Ahora bien, para comprender el horror que causó el .fusilamiento de una mujer, implicada en una conspiración política, veamos cuantas mujeres han sido fusiladas por esta causa  en nuestra historia, a pesar de las  múltiples revoluciones y conspiraciones que hemos tenido. En el resto del siglo XIX, ninguna. En el siglo XX, Trujillo, quien  no acostumbraba  matar a las claras, con las Hermanas Mirabal simuló un accidente que  nadie creyó, pero no se atrevió a asesinarlas públicamente. Aun así, la indignación que esto provocó, le costó a el la vida y el fin de su régimen de terror. Durante la guerra de abril de 1965, la revolucionaria  Yolanda Guzmán, fue fusilada el 2 de mayo de ese año, por tropas del CEFA,. junto a un grupo de revolucionarios, cerca de Guanuma, en el entonces Distrito Nacional y….. eso es todo.

Dos mujeres han sido fusiladas por razones políticas en el curso de nuestra agitada historia, con mas de un siglo de diferencia.  Imaginemos la conmoción que produjo la de María Trinidad Sanchez y como afectó esto el alma sensible de Duarte.
   
Y el 3 de marzo de 1845, Santana remata su obra despiadada, decretando el envío al exilio  de forma atropellante, al resto  de la familia Duarte Diez, su madre, sus hermanas, su hermano menor Manuel  y los cuatro hijos de Vicente Celestino Duarte,  que aun estaban en el país. Para que no fueran a caer en manos de Santana, fueron destruidos, antes de partir hacia Venezuela el  19 de marzo de 1845, los documentos que Duarte había dejado en su casa.
           
Duarte se trasladó de Saint Thomas a Venezuela, al enterarse del destino  de su familia y el 25 de marzo de 1845, se reunieron en el puerto de la Guaira, Juan Pablo, su hermano Vicente Celestino y sus hijos, su madre, sus hermanas y su hermano menor Manuel.

Este último  agravó el pesar que sentía Duarte ante todos estos hechos, pues lo ocurrido le había hecho perder la razón.
   
Pero no solamente al hermano menor Manuel, todos estos acontecimientos habían trastornado su psicología, también al mismo Juan  Pablo, este tremendo trauma psíquico lo había afectado y se sentía culpable de toda esta tragedia familiar y de la represión santanista que existía en el país contra los duartistas. Esta situación no podía continuar.

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