sábado, 10 de marzo de 2018

El día glorioso de Duarte


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                AYER Y HOY
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                                                                  Julio M. Rodriguez Grullón
EL DIA GLORIOSO DE DUARTE.-
Lo primero que hicieron los trinitarios, una vez proclamada la independencia de la Republica Dominicana, fue enviar a buscar a su fundador y su líder, a Curazao.
Uno solo puede imaginarse el júbilo que sintió Duarte, cuando divisó la bandera que el había diseñado en el tope del mástil de la Leonor, al llegar a Willemstad, la capital de Curazao, donde se encontraba.
La Leonor regresó a Santo Domingo el 14 de marzo en la noche, pero Sanchez y Mella no quisieron que Duarte desembarcara hasta el día siguiente, para hacerle el gran recibimiento que se merecía. Con el regresaron sus inseparables Pedro Alejandrino Pina y José Joaquín Perez, quienes lo habían acompañado en  su exilio de ocho meses.
También estaba en Curazao el Padre Gaspar Hernández, pero el no regresó con ellos, pues la independencia no era su meta. El soñaba con un regreso al dominio de una monarquía española. En la mañana del 15, al poner Duarte sus pies en tierra y entrar a la ciudad por la Puerta de San Diego, lo recibe el vicario Portes exclamando:
Salve, Oh Padre de la Patria
Los cañones de la Fortaleza Ozama, lanzas salvas de alegría y las campanas de las iglesias de la primada de america repican con entusiasmo, el pueblo está tirado a la calle ovacionándolo a su paso y  Duarte no puede menos que regocijarse de ver realidad la patria anhelada, la república de hombres libres, todos con los mismos derechos,  sin limitarlos a una sola raza, que hizo realidad su verso :
            Los blancos, morenos,
            cobrizos, cruzados,
marchando serenos,
unidos y osados,
la patria salvemos
de viles tiranos,
y al mundo mostremos
que somos hermanos
Por primera vez en el Caribe,  hay un país donde todos son iguales ante la ley, el anhelo de la revolución francesa de 1789 de libertad, igualdad y fraternidad y esto lo llena de satisfacción. Solo Haití, México, Chile, Uruguay y Centroamerica, habían abolido la esclavitud para esta fecha.
            En el Palacio de Borgellá, lo recibe la Junta Central Gubernativa (JCG), que presidía Bobadilla, a quien el hubiera facilmente ese día sacado de allí y reclamar ese como el puesto que le correspondía, pero el no vino a servirse de su país, sino a servirle. Lo hacen simplemente miembro de la JCG y el acepta. Después va a su casa, donde le espera su madre y sus hermanos llenos de júbilo; su padre había muerto durante su ausencia, pero esa falta no contiene la alegría, que ´produce tener a su  hijo predilecto  de  regreso.
Sanchez ve que la casa del patricio no está adornada y rapidamente improvisa banderas y las coloca por todas las ventanas. Todos están felices de tener a Juan Pablo de vuelta. Vendrán días de angustias y tormentos, pero ellos no lo saben, solo saben que los días amargos de la dominación haitiana han terminado, que ahora hay que luchar por preservar la soñada República Dominicana.
Yo me pregunto si no sería mas apropiado celebrar el 15 de marzo en vez del 26 de enero, como el día de Duarte. El 15 de marzo se presta mas para realizar ceremonias que motiven al pueblo a apreciar mejor quien fue Duarte.
Su entrada  por la Puerta de San Diego, que el Instituto Duartiano celebra con un acto allí cada año, puede convertirse en un espectáculo televisado a todo el país,  donde  la memoria de Duarte se presente como lo que realmente es, el fundador de esta República Dominicana .



    

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