sábado, 17 de marzo de 2018

DUARTE NO VISITA A SAINT DENYS


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articulosdeopinion2004@yahoo.com                  DUARTE IL
                                                                  Julio M. Rodriguez Grullón
DUARTE NO VISITA  A SAINT DENYS.-
Para comprender mejor lo ocurrido en los primeros días, críticos para el desarrollo de la naciente Republica Dominicana, es muy instructivo leerse la correspondencia del cónsul Saint Denys, ya sea con el canciller frances Guizot en Paris, el consul Levasseur en Puerto Príncipe  o el Almirante De Moges, comandante de la flota francesa en el Caribe en esos días, que tenía su cuartel general en Martinica y poseía varias corbetas y fragatas  que viajaban constantemente entre Puerto Principe,  Santo Domingo y Martinica.
Esa correspondencia está disponible en el Archivo General de la Nación (AGN) desde  1996, recopilada por  Emilio Rodriguez Demorizi y traducida por Mu-Kien Adriana Sang
La llegada de Duarte y el hecho de que no fue a saludar, ni ponerse a las ordenes del cónsul Saint Denys, fue la primera señal de que el recién llegado líder nacionalista, no estaba de acuerdo con la misión del cónsul, de obtener un protectorado francés, sobre la nueva república, recibiendo como recompensa  a  Samaná. Esto es un dato muy importante, porque hasta ese momento según carta de Saint Denys a Guizot del 6 de marzo de 1844, los miembros mas influyentes de la Junta Central Gubernativa (entiéndase Bobadilla), no hacían nada sin consultarle oficiosamente su consejo. Pero para cuando  Duarte llegó, el Plan Levasseur estaba ya bien encaminado. 
Bobadilla se había asegurado de que personas identificadas con el plan, ocuparan posiciones claves en el nuevo país, comenzando por el  mismo y los mellizos Santana.
Después de reponerse de su sorpresa, de que Sanchez fuera designado Presidente de la Junta  Central Gubernativa (JCG) la noche del 27 de febrero, el logró al día siguiente, convencerlo de que era preferible de que el (Bobadilla), ocupara esa posición y Sanchez  se la cedió sin muchas objeciones..
Bobadilla tenía arreglado que Pedro Santana fuera el jefe del ejército que enfrentara a los haitianos en el sur y 800  hateros vinieron del Seibo, bajo las ordenes del que se consideraba un señor feudal en esa región, al darse el grito independentista del 27 de febrero.
Saint Denys reportó, que desde que llegó a Santo Domingo, Santana se presentó a su consulado, a ponerse a las ordenes de Francia y el 13 de marzo, dos días antes del desembarco de Duarte, había partido para Azua, implicado ya en el plan Levasseur. Saint Denys, en toda su correspondencia,  solo utiliza términos elogiosos al referirse  a el.
Santana, camino de Azua, el 17 de marzo de 1844, envió una correspondencia a Santo Domingo, a un personaje que va a tomar importancia en estos días, el Señor Abraham Coén, solicitándole que influyera en Saint Denys, para obtener tropas francesas y ponerlas a sus ordenes y  le asegurara  al cónsul , que cumpliría totalmente y a su satisfacción, la propuesta del protectorado francés que habían convenido.
Coén era un rico  comerciante judío, que quería establecer negocios en un mercado importante como era esta isla; sin embargo, las leyes  de los haitianos, de que solo  los negros podían dedicarse a estas actividades, lo obligaban a valerse de testaferros para sus  actividades. Coén era por tanto, pro-dominicano.
Recordemos que los judíos, por siglos estuvieron prohibidos de aparecerse por las posesiones españolas o portuguesas en el mundo, pues España y Portugal fueron coronas siempre fieles al Papa y su teocracia. Ahora,  al  desmoronarse el imperio español en el Siglo XIX, ellos querían  introducirse en estas naciones, para realizar sus actividades mercantiles.
Mientras estas cosas ocurrían en nuestro territorio, en Haití, Herard había logrado que el 4 de marzo el congreso emitiera  un decreto, autorizándolo a movilizar al pueblo haitiano y organizar rápidamente un ejército que el pretendía fuera de de 30 mil hombres, para someter de muevo a los dominicanos bajo el yugo haitiano, antes de que pudiéramos recibir ayuda desde el exterior. Pero un ejército de esta magnitud, no podía organizarse tan rápidamente. Herard entró al territorio dominicano al frente de unos siete mil hombres, según estimó De Moges en carta enviada a Saint Denys el 2 de abril de 1844.



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