sábado, 7 de enero de 2017

Duarte VII

Especial para La Informacion                                              AYER Y HOY
Articulosdeopinion2004@yahoo.com     JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (VII)
                                                                                   Julio M. Rodriguez Grullón

            LLEGADA DE DUARTE A SANTO DOMINGO.-
            Es tradicional que a su llegada a Santo Domingo en 1831, al preguntársele a Duarte, ¿Que fue lo que mas te impresionó de tu viaje por Europa?, su respuesta fue:
            “La lucha por la recuperación de  los fueros y libertades de Cataluña, lucha que yo creo nosotros tenemos que iniciar contra los haitianos, para que un día podamos establecer  nuestro propio país”
            Como vimos en nuestra entrega anterior, esos fueros no implicaban independencia de Cataluña de la corona española, sino mayor autonomía para la región.
            Para el  joven de 18 años, esto fue el inicio de su tarea de cambiar la mentalidad de sumisión y el miedo generalizado  existente, en relación a la dominación haitiana, donde los dominicanos no tenían ningún derecho y hasta se pretendía que no hablaran español. Duarte, desde su llegada, comenzó a fomentar el espíritu de rebeldía en la mente de sus amigos.
            VIDA EN SANTO DOMINGO (1822-38) 
            El engaño de Boyer,  de que aboliría la esclavitud y de que habría igualdad para todos en la isla, se puso de manifiesto al poco tiempo de su llegada a la ciudad capital de la parte este, cuando a estos habitantes, se  les negaron los derechos ciudadanos que poseían los haitianos.
Es cierto que se abolió oficialmente la esclavitud,  pero los dominicanos no pasaron a ser los iguales de los haitianos. Los habitantes de la parte este de la isla, pasaron a ser personajes de un estatus indefinido, pues no podían adquirir nuevas propiedades, ni ser considerados legalmente al mismo nivel de sus nuevos dominadores. Boyer  no despojó de sus propiedades a los que ya las poseían al momento de su llegada, pero estos no podían adquirir nuevas y los  que no poseían  propiedades en ese momento, no podían adquirirlas. Así que la parte este vió partir unas tres mil personas después de la llegada de Boyer, la mayoría comerciantes acompañados de  sus familiares, que no veían futuro promisorio para ellos en esta isla. 
Boyer si despojó  de sus propiedades a la Iglesia Católica y cerró la mayoría de los templos que existían a su llegada, respetando solamente la Catedral y algunos otros.
            El dueño de la isla,  repartió tierras en los campos  entre sus generales, lo cual en un país despoblado como era el nuestro en esos días, donde apenas  habría unos 125 mil habitantes diseminados en toda la antigua colonia española, no produjo grandes trastornos.
            Pero lo que estaba ocurriendo con el prejuicio racial de los haitianos de prohibir que ningún blanco o dominicano, podía tener propiedades en la isla era, que esta como un todo, se estaba atrasando, pues no había inversiones para incrementar la industria o la agricultura con semejante legislación.
            Recordemos que durante la guerra contra los franceses que terminó con la proclamación de la Republica de Haití, el 1ro de enero de 1804, los haitianos quemaron y destruyeron los ingenios azucareros existentes, los campos agrícolas y casi toda la propiedad productiva de esa colonia.
            Para agravar las cosas, Haití estaba bloqueada para comerciar con  Francia, Inglaterra o Estados Unidos, quienes por los primeros 21 años de su existencia, no reconocían la república negra.
            En 1825, para terminar este bloqueo y de alguna manera mejorar la situación de la isla, Boyer aceptó pagar una indemnización de 150,000,000 (ciento cincuenta millones) de francos a Francia, en cinco pagos de 30 millones, como compensación por las pérdidas sufridas por sus ciudadanos durante las guerras de 1793-1803. Este préstamo  le fue facilitado a Haití por la banca francesa y gravó la economía haitiana, que pasó a ser controlada por  esos bancos  y no   fue hasta 1947 (122 años después) que el país  terminó de pagar “la deuda de la independencia”.
            De esa forma Boyer obtuvo el reconocimiento de la independencia de Haití y se terminó el bloqueo comercial a la isla. Pero ¿de donde iba el a sacar,  los pagos de esa fabulosa suma de dinero?, pues entre otras fuentes, de las costillas de los dominicanos, a quienes gravó con impuestos que  generaron un gran disgusto  entre ellos,  que consideraban un abuso, que se les hiciera pagar por hechos, en los que no  tuvieron participación alguna.



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