sábado, 24 de octubre de 2015

La democratizacion de la teocracia cristiana

Especial para la Informacion                                        AYER Y HOY
                                          LA DEMOCRATIZACION DE LA TEOCRACIA CRISTIANA
                                                                  Julio M. Rodriguez Grullón

Para los siglos XVI y XVII, Europa era una teocracia, donde el Papa era la máxima autoridad política y religiosa a la vez y donde el mayor delito contra el estado era declararse hereje o no creyente, lo que acarreaba grandes penas, inclusive ser quemado en una hoguera.
Esto no era lo que había predicado Cristo.
Las últimas instrucciones que este le dió a sus discípulos, según Marcos fueron estas:
 “Id por todo el  mundo: predicad el evangelio a todas las criaturas. El que creyere y se bautice  se salvará: pero el que no creyere será condenado. “Marcos 16 (16-17)”
De este pasaje bíblico se deducen varias cosas, la 1ra es que todo el que escuche el evangelio no lo tiene que  creer, la 2da es que Jesús no dijo que a esos no creyentes había que hacerles nada en este mundo, se limitó a decir que se condenarán, obviamente, en el otro mundo.
Lo que está claro es que en toda sociedad debe haber libertad  para predicar publicamente el evangelio y que los cristianos deben combatir  la sociedad donde esto no sea permitido. Si el gobierno de un país se declara laico, esto es independiente de toda organización o confesión religiosa, pero permite que el  evangelio se predique por los medios de comunicación de masas, no contradice a Marcos.
El estado es para todos, creyentes y no creyentes o creyentes de otras religiones  no cristianas , lo que tiene que garantizar el estado es libertad de expresión.
Ya en el Siglo XIII, Tomás de Aquino había dicho en sus comentarios a las cartas de Pedro Lombardo, que en lo concerniente a las cosas civiles, había que obedecer a la autoridad temporal  y no a la autoridad  religiosa. (Aquinas Selected Political Writngs. Basil Blackwell Oxford, 1959, page 187)
El ilustre pensador se adelantó cinco siglos a los enciclopedistas europeos  y claramente separó Iglesia de Estado, aunque en ese aspecto no le hicieron caso y en los Seminarios de esto no se les dice nada  a  los seminaristas. De Aquino solo se les habla de la Suma Theológica.
No es extraño que las colonias británicas de America del Norte, al estar libres de la influencia del Papa, fueran terreno fértil para las enseñanzas  de los enciclopedistas y que la separación de iglesia y estado se estableciera  allí, desde los inicios de su vida política independiente.
Para mi iglesia  católica, esa ha sido  una píldora muy difícil de tragar  y después de la paz de Westfalia (1648), que puso fin a las guerras religiosas en Europa y donde el Papa tuvo que ceder la predominancia política  a  los príncipes de sus países, vinieron los concordatos, para asegurarse que el estado seguía siendo católico.
En el Concilio Vaticano II, en 1965, el documento Gaudium et spes, en su acápite 76, dice  que la Iglesia y el Estado son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Está claro que el estado en lo temporal y la Iglesia en lo espiritual
Entre nosotros, aún tiene vigencia uno de esos pactos anacrónicos, firmado con un tirano sangriento y que yo pienso la Iglesia debe ser la primera en querer anular y que se olviden esos tiempos. Ella no fue cómplice de los crímenes de Trujillo; se le echa en cara que no fue sino al final de la tiranía  cuando los denunció. El concordato debe ser reemplazado, por una ley que regule las relaciones de la Iglesia Católica con el Estado dominicano.
Esta oposición a la separación de Iglesia y Estado, es lo que subyace  en el antagonismo  católico y la masonería, que fue la gran propagadora de la democracia y por lo que los libertadores americanos, comenzando por George Washington y siguiendo con Bolivar, San Martin, Duarte, Martí, Máximo Gómez  y los demás, eran masones.



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