sábado, 17 de noviembre de 2012


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                                                                          Julio M. Rodriguez Grullón

 

            La invasión por Luperón.-

            Aunque para 1949 la guerra fría ya se había iniciado, todavía  Juancito Rodriguez tenía recursos para financiar otra invasión y realizar un nuevo intento  de derrocar a Trujillo.

Con el equipo bélico que pudo salvar en Cayo Confite en 1947, obtenido del desarme del ejército de los Estados Unidos que participó en la segunda guerra mundial, como principal pertrecho de guerra, Juancito se  agenció tres aviones, para desde Guatemala invadir la Republica Dominicana por tres sitios.

El mismo Juancito vendría en un avión que aterrizaría en el Cibao, Horacio Julio Ornes  vendría en un hidroavión Catalina que llegaría por Puerto Plata y el tercer avión aterrizaría en San Juan de la Maguana con Miguel Angel Ramirez como  líder del grupo.   

 Sin embargo, solo el hidroavión Catalina, después de un viaje de 11 horas, llegó a su destino en Luperón, a las siete de la noche del 19 de junio de 1949.

El aeroplano en que venía Juancito encontró una tormenta y fue a parar a Costa Rica,  donde aterrizó y el grupo de ocupantes logró así  salvarse.

 La aeronave que comandaba Miguel Angel Ramirez extravió la ruta y aterrizó en Cozumel en la península de Yucatán, donde las autoridades mejicanas confiscaron el armamento y los expedicionarios fu eron detenidos.

El grupo que llegó a  Luperón  logró penetrar al pueblo, donde  entonces se apagó la planta eléctrica y sobrevino una gran confusión en la oscuridad que se produjo, tiroteándose algunos expedicionarios entre si, resultando herido uno de ellos, que fue llevado a bordo del Catalina. Asimismo este grupo trató de contactar los complotados de Puerto Plata. El gobernador de la pro-vincia  en esos días, quien se opuso a los invasores, era Antonio Imbert Barreras, el  mismo que en 1961 formaría parte del grupo que ajustició a Trujillo. Los invasores no pudieron hacer contacto con el grupo de cómplices, por lo que  decidieron retornar a bordo del Catalina y marcharse.  Sin embargo, al tratar de elevarse el avión encalló en la costa, donde un  guardacosta de Trujillo le hizo blanco con un proyectil de su cañón y el hidroavión se incendió, muriendo los que allí se encontraban y que no pudieron abandonarlo.

De los 15 invasores lograron salvar su  vida cinco: Horacio Julio Ornes, José Félix Córdoba Boniche, Tulio H. Arvelo, Miguel Feliú Arzeno ( regresaría en las  invasiones de junio de 1959)  y José R. Martínez Bonilla. Por limitaciones de espacio tenemos que omitir la lista de los muertos.

Estos sobrevivientes fueron capturados por Trujillo, quien los sometió a un “juicio” con gran publicidad y unos meses después de condenados, los indultó y les permitió marcharse al extranjero. En esos días, German Emilio Ornes, hermano de Horacio Julio, era director de El Caribe, un periódico de Trujillo. German Emilio  también se iría al exilio mas adelante y escribiría libros contra el dictador.

Este fue el último intento de derrocar a Trujillo con una invasión, hasta 1959.

 

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