sábado, 22 de agosto de 2009

La vanidad de Trujillo

Colaboración para La Información AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com LA VANIDAD DE TRUJILLO
Julio M. Rodriguez Grullón
En nuestro país desde sus inicios ha existido la tendencia a otorgar títulos a los principales líderes políticos mientras están en el poder, con el deseo de alabarlos y ganarse sus favores.
Así Santana era el Libertador ( no lo fue, pues anexó el pais a España), Báez era el gran ciudadano (en realidad era un dictador y no respetaba derechos a sus opositores), Lilís era el Pacificador ( pacificó eliminando incontables opositores).
A medida que fuimos avanzando intelectualmente el asunto se fue agravando, pues a quien piensan los amables lectores de esta columna que estaban dirigidos estos elogios:
El símbolo glorioso de la patria, el prohombre, el insustituible, el prócer, el ilustre paladín de nuestras libertades públicas, etc., pues a Horacio Vásquez en 1929, cuando había hecho el disparate de la prolongación y procuraba reelegirse. Un gobernante mediocre, a quien Trujillo engañó como a un niño, fingiéndole sumisión, llamándole papá, arrodillandose en su presencia para jurarle lealtad y otras adulonerías.
Ahora bien, ninguno de los gobernantes señalados buscaba esas lisonjas, surgían espontaneamente de sus seguidores incondicionales y ellos las aceptaban.
Con Trujillo las cosas eran diferentes.
El estimulaba la lisonja, se complacía en oir las alabanzas, le encantaban los títulos que iba acumulando, sin comprender que hacía el ridículo.
Trujillo premiaba oradores que lo elevaran hasta los cielos en manifestaciones políticas con empleos bien remunerados. Así que durante 31 años, por todos los medios de comunicación existentes entopnces , se ensalzaba su nombre y la lista de títulos que se le concedieron llenaban paginas completas. Su megalomanía no tenía limites. Se le ponía su nombre o el de algún familiar cercano a nuevas provincias, parques y calles en todo el país, que se llenó de estatuas y bustos con su figura.
Sin embargo, su primera condecoración vino del extranjero, concedida por el dictador venezolano Juan Vicente Gómez, quien en mazo de 1931, le concedió “El Collar de la Orden del Libertador”.En el país, el 8 de noviembre de 1932 Trujillo es declarado por ley “Benefactor de la Patria” El 26 de mayo se le crea el rango de Generalísimo, a pesar de que su único reporte de participar en combate, fue en contra de dominicanos en La Noria, en la región este del país, como miembro del constabulary.
El 9 de octubre de 1934, Trujillo recibe el título de doctor, por la universidad de Santo Do- mingo sin especificar de que facultad. ( En San Cristobal no llegó ni siquiera a terminar la escuela primaria de esos días).
A partir de este momento, cuando se menciona su nombre es como “El Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria”. Posteriormente en la década de los 1950, a este último título se le agregó el de Padre de la Patria Nueva. Ya veremos que al iniciarse su segundo período de gobierno la aduloneria llegó al extremo de cambiarle el nombre a la ciudad capital.
Otros cambios que se van produciendo es que en los centros sociales de la “gente de primera” como el Club Unión de la capital, el 2 de julio de San Pedro de Macorís y el Centro de Recreo de Santiago, donde antes no era aceptado como socio, ahora se le designaba como presidente de las respectivas juntas directivas.
En su familia su hija Flor de Oro, se casa con el capitán del cuerpo de ayudantes Porfirio Rubirosa, quien inicia así su carrera como gígolo que alcanzó ribetes internacionales.
Su hijo Ramfis también hace su aparición, cuando el 18 de abril de 1933 se le otorga “por sus méritos” el rango de coronel del ejército, a los cuatro años de edad !!!, se le celebra su cumpleaños espléndidamente y se menciona por primera vez en la prensa, a su madre, “la españolita” , María Martinez.
juliomanuelrodriguez..blogspot.com

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