DR. JULIO M. RODRIGUEZ GRULLON
Adquirir los conocimientos para
salvar vidas, es sin duda una de las principales razones por la cual muchos nos
decidimos a estudiar medicina.
Que podemos perder la nuestra al
hacerlo, pocas veces se nos ocurre y sin embargo es lo que está ocuriendo con
la actual pandemia del COVID 19.
Vemos en las noticias, que en todos los países del mundo,
incluyendo el nuestro, médicos que laboran sin la debida protección contra el
virus, contraen la enfermedad e
incluso mueren, incluyendo el primero
que la denunció fuera de la china comunista en Hong Kong.
Vemos también que en todos los países
los gobiernos expresan admiración y agradecimiento a los médicos por esto
……menos en el nuestro.
Este gobierno mantiene una quisquilla contra los médicos
difícil de comprender.
¿Será porque el Colegio Medico
(CMD), es de las pocas instituciones en el país que no ha logrado controlar?
El menosprecio hacia los médicos se
hace patente nombrando funcionarios no médicos, en posiciones claves en el
sistema salud, como en la dirección general
de hospitales y encabezar la flamante comisión presidencial para enfrentar el
COVID-19 en el país.
¿Será por eso que estamos manejando
tan mal la presente situación?
Si usted no es médico, hay aspectos
de la actual pandemia que se le escapan y no reacciona debidamente ante ellos y
aun el sabelotodo de Trump, en sus ruedas de prensa actuales, se hace acompañar
de un médico, quien con frecuencia tiene que enmendar sus declaraciones tremendistas.
En nuestro país el aumento del
número casos diarios no presentan
ninguna tendencia a disminuir y no sabemos hasta cuando va a mantenerse esta situación que está trastornando todos los
aspectos de la vida nacional.
La razón fundamental por la que los
casos no disminuyen es, porque no hemos obtenido con la premura que la
situación demanda, la cantidad de las
pruebas rápidas para detectar los casos
de la enfermedad que todavía están sin síntomas, para aislarlos inmediatamente
y así prevenir que contagien a otros..
Hacer las dos mil pruebas
diarias que es lo que deberíamos estar realizando, cuestan un millón doscientos cincuenta mil
pesos (R.D. $ 1,250,000.oo) y debieran estar disponibles de forma gratuita para
la población que la necesita y sin embargo esas pruebas actualmente son
difíciles de obtener, aun pagando por ellas.
Así no vamos para ninguna parte en
la lucha contra este virus.
Como
van las cosas, los casos empezarán a disminuir cuando la población desarrolle
inmunidad de rebaño contra el virus, lo que en este caso sería cuando el 60% de la población se haya expuesto a el, y
yo me pregunto:
¿Cuántos
dominicanos habrán muerto cuando lleguemos a esa cifra?
La
renuencia a gastar el dinero que se necesita para mejorar nuestro sistema de atención
médica se manifiesta en que desde diciembre de 1982, la entonces Asociación
Medica Dominicana (AMD), denunció que
invertíamos menos del dos por ciento (2%) del producto interno bruto del país
(PIB) en atención médica, cuando por lo
menos debíamos emplear el 10%.
Esta
situación permanece igual, a pesar de que han transcurrido 38 años desde
entonces, pues recientemente un reconocido economista del pais publicó datos,
donde demuestra que esta es la misma cifra que se estaba destinando al campo de
la salud en este gobierno. Las consecuencias para todos los ordenes de la vida
nacional incluyendo la economía, van a ser devastadores de proolongarse la
actual situación con el COVID-19.
Ojalá
que los médicos en el gobierno logren imponerse y hacer que se acelere la
adquisición de las pruebas rápidas y
controlemos esta situación, antes de
que sea demasiado farde.
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