domingo, 26 de agosto de 2018

Duarte prisionero en la Fotaleza San Felipe


ESPECIAL PARA LA INFORMACION                                         AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com       JUAN PABLO DUARTE SU VIDA Y SU OBRA (LXIX)
                                                                           Julio M. Rodriguez Grullón

DUARTE PRISIONERO EN LA FORTALEZA SAN FELIPE.-
En Puerto Plata, Duarte se encontraba en casa de Pedro Dubocq, la cual estaba situada en esos días en las afueras de la ciudad.
Recordemos que entre los que formaban la comitiva que lo acompañaba desde Santo Domingo estaba el hermano de .su novia Prudencia, Felix Mariano Lluberes, entonces un mozalbete de 17 años, quien como todos los que le acompañaban, estaban dispuestos a luchar antes de permitir que Duarte fuera tomado prisionero.
Pero Duarte no quería derramamiento de sangre dominicana, cuando consideraba que su obra había culminado con la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que era su mayor deseo, así que le quitó a sus guardianes las ganas de pelear.
En la fortaleza San Felipe, de Mena recibió la orden de arresto de Duarte desde Santo Domingo y se dispuso llevarla a cabo.
Organizó un escuadrón de infantería y sigilosamente se acercó con su tropa a la casa de Dubocq, donde no había resistencia organizada,  apresó a los miembros de la escolta de Duarte; dentro de la casa estaban Dubocq y Duarte. de Mena tocó la puerta y abrió Dubcq, de  Mena le requirió a Duarte .quien salió de su habitación .y  de Mena inmediatamente lo esposó y lo sacó de la casa colocándolo  entre sus soldados y se inició la marcha  a pie hasta la fortaleza. El padre Regalado Muñoz que fue testigo de lo que ocurría nos  dejó una nota al respecto:
“En la tarde del 27 de agosto de 1844, cruza Duarte la ciudad desde una hacienda cercana entre las faldas de Isabel de Torres, camino de la fortaleza. Le acompaña, como  único amigo,  su noble  protector  don Pedro Dubocq. A pocos pasos detrás, el grupo de aprehensores.
Momentos antes había sido el apostol aprehendido, por criminal determinación del buitre sureño que sintiera su trágica grandeza, opacada por los rayos del radiante astro trinitario.”
Duarte es encerrado en una celda con los miembros de su escolta, Evangelista, del Valle, Lluberes y demás y esa noche al igual que en Curazao, en enero de ese año, se inicia otro ataque de sus fiebres palúdicas, las cuales lo harían envejecer prematuramente.
El ha pasado en un lapso de cinco meses, (marzo-agosto) cuando es recibido como padre de la patria en marzo,  con todos los honores disponibles, a ser encerrado en agosto, como  traidor a esa misma patria que el mismo forjara, por los que no creían  que ese sueño era posible y estaban  decididos a salir de el, rápido y como sea.   
Al día siguiente Duarte es informado que una embarcación ha sido enviada desde Santo Domingo para trasladarlo a esa ciudad. Al preguntar como se llama le responden: Separación Dominicana. Se ha iniciado el proceso de aplicarle esa palabra, con el significado que contiene diferente al  de independencia, a las cosas importantes en el país.
La principal calle de  Santo  Domingo (luego llamada El Conde), recibe también el nombre de Separación.
La fiebre hace que todo su cuerpo se sienta ardiente, se le nubla la razón y se siente desfallecer; los carceleros se percatan de la situación y ordenan que un médico lo atienda y le provea de los cuidados necesarios.
Y entonces, poco después, Duarte, observando desde detrás de los barrotes de la ventanilla de su celda, que mira hacia el sur de la fortaleza, cree que   la fiebre le está haciendo ver   visiones, pues ve acercarse la silueta de un hombre, que a lo lejos le parece ser Juan Isidro Perez. Se frota los ojos y espera unos momentos para comprobar la realidad, cuando la silueta está  mas cerca ya no le  cabe la menor duda. Se trata de Juan Isidro Perez, el mas vehemente y leal de sus seguidores, que ha venido para que lo encierren junto con el. Todos quedan anonadados ante este hecho.

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