domingo, 10 de diciembre de 2017

DUARTE XXXIV

ESPECIAL PARA LA INFORMACION                             AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com                               DUARTE XXXIV
                                                                               Julio M. Rodríguez Grullón

BUENAVENTURA BAEZ EN LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1843.-
Mientras Duarte tenía que abandonar el país y las fuerzas independentistas se reorganizaban, el proceso de la Reforma Haitiana que se inició con el Manifiesto de Praslin de agosto de 1842, culminaba con la celebración de la Asamblea Constituyente  que se celebró del 18 de septiembre al  31 de diciembre de 1843, en Puerto Príncipe, con  la presencia de 124 delegados de toda la isla, con el propósito de dotarla de una nueva constitución, mas adecuada que la  vigente en esos momentos, que había sido acomodada a la dictadura de Boyer. Es en la celebración de esta Asamblea en Puerto Príncipe, que emerge en nuestra historia, la figura de  Buenaventura Báez.
Para fines de 1843, Báez tenía 31 años de edad, hijo primogénito  del mayor terrateniente del sur radicado en Azua y su esclava africana, era un mulato instruido y ambicioso.
Su padre lo había enviado a estudiar a Europa en 1827 a los 14 años de edad. Estuvo tres años en Londres y cinco en Paris, así que después de ocho años viviendo en los países mas civilizados de la época, hablaba bien el inglés y  francés, además del  español y el creole, lo que lo colocaba en una posición privilegiada en esta isla, poblada en su gran mayoría por analfabetos o personas poco instruidas.
Estaba en Londres cuando Duarte pasó por allí camino a Barcelona  en 1829, pero no hay constancia de que tuvieron ningún tipo de contacto. Al igual que Duarte, cuando Báez regresó a su país en 1835, no trajo ningún título de profesión alguna.
Su gran diferencia con Duarte fue, que siempre pensó  que estábamos en gran desventaja frente a los haitianos y que no podíamos ser libres e independientes de toda dominación extranjera, pues ellos nos aplastarían; debíamos tratar de acomodarnos a ellos, tratando de cambiar su constitución  y que nos otorgaran igualdad de derechos a todos en la isla, si es que íbamos a  ser una sola entidad política. Cuando este plan fracasó, como veremos de inmediato, entonces Báez se ideó el plan Levasseur, para que nos libráramos de los haitianos y pasáramos a ser, un protectorado o colonia francesa.
Como no formaba parte del movimiento independentista de los trinitarios, Baez mantenía buenas relaciones con los haitianos y cuando estos cambiaron los delegados a la Asamblea Constituyente que habían sido elegidos el 15 de junio de 1843 que eran duartistas, Baez fue designado delegado por Azua a la Asamblea Constituyente junto a otros que compartían sus mismas ideas, respecto a la situación n  política en la isla.
  Ya en la Asamblea, Baez se constituyó en el líder de los delegados de la Parte Este. Pronunció vibrantes discursos y escribió artículos en los periódicos de Puerto Príncipe, todo en francés, abogando porque se derogara aquello de que solo las personas de raza negra podían ser propietarios y ejercer los derechos políticos en la isla. Decía Báez con razón, que esto estaba acarreando el atraso, porque las personas provenientes de países  desarrollados no podían invertir en el país o tenían  que valerse de testaferros haitianos para hacerlo.
Los dueños el capital judío, quienes habían hecho su aparición en estas islas del Caribe por estos días, después de siglos que en el imperio español estuvieron proscritos, eran sus aliados y el mas prominente de ellos era el señor Abraham  Coen. Pero por mas discursos y presiones que se ejercieron en la Asamblea, los haitianos no cambiaron nada en su constitución al respecto y  Báez, despechado, se reunió con un grupo de delegados de la Parte Este e ideó un  proyecto para separarnos de los haitianos y convertirnos en un protectorado o colonia francesa  y se lo presentó al embajador francés en Haití, Auguste Levasseur, quien lo aprobó.



No hay comentarios:

Publicar un comentario