sábado, 6 de junio de 2015

Falta de respeto a la constitución. Un viejo problema nacional

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                               FALTA DE RESPETO A LA CONSTITUCION. UN VIEJO PROBLEMA NACIONAL
                                                                      Julio M. Rodríguez Grullón

       La reciente alocución del Dr. Leonel Fernández Reyna, clamando por respeto a la constitución, trae a colación un problema nacional, tan viejo como la república misma.
           Duarte, quien el primer país que visitó cuando salió del país en 1829, fue los Estados Unidos de América, pudo facilmente comprobar  que allí,  antes de la toma de posesión del primer presidente se había redactado una constitución y que este, al tomar posesión juró defenderla y hacerla cumplir.
Después del golpe de estado que orquestó contra los separatistas el 9 de junio de 1844, comenzó a escribir la constitución que debíamos adoptar al iniciarse formalmente  nuestra vida republicana.
            La llamada urgente de Mella hacia acá, le hizo interrumpir su trabajo.
La intención de Mella era proclamarlo presidente e ir, al frente de las tropas que derrotaron a los haitianos el 30 de marzo, a enfrentar a  Santana que comandaba las tropas que detuvieron a los haitianos el 19 de marzo. Duarte rechazó la petición y aunque no lo dijo explícitamente, hay evidencias que una de las razones fue que aún no teníamos una constitución.
            Sánchez en la capital  a quien Duarte había hecho presidente de la Junta Central Gubernativa un mes antes, se opuso a la intención de Mella y si  dijo claramente porqué, cuando expresó que “nadie podía ser presidente de la Republica Dominicana sin existir una constitución“.
(Ver Marrero Aristy, Ramón. La Republica Dominicana, Origen y destino del pueblo cristiano mas antiguo de América. Tomo I, pag.   292. Editora del Caribe C. por A. Ciudad Trujillo, R.D. 1957)
            Sanchez era un discípulo aventajado de Duarte y sabía bien lo que estaba haciendo su maestro, antes de partir para el Cibao.
Así que en su lucha contra los separatistas, a los trinitarios les desfavoreció tratar de hacer las cosas correctamente, al   inicio de la vida institucional de una república.
            Los separatistas no tenían esos escrúpulos.
            Lo de ellos era tomar el poder como fuera y colocar la república bajo la protección de Francia, así que dirigidos por el Cónsul francés Saint Denys, su protector y guía, proclamaron en julio a Santana, Jefe Supremo de la Republica con poderes dictatoriales a nombre del ejército y el pueblo, apresaron a los líderes trinitarios, los declararon traidores a la patria y los enviaron al exilio.
            Mas tarde, en noviembre, cuando la constituyente en San Cristobal  terminó su labor, forzaron a punta de bayoneta el artículo 210, para acomodarla a la dictadura de Santana.
A ellos no les importaba el funesto precedente que estaban estableciendo, pues para ellos seriamos en breve un protectorado francés. Pero el Ministro Guizot, en Paris, el mes siguiente,  diciembre de 1844, desestimó  la petición de protectorado y seguimos siendo un país independiente, en contra de la voluntad de los que gobernaban.  
            Ese  mal ejemplo de noviembre de 1844, fue seguido por casi todos nuestros gobernantes y acomodar la constitución a sus intereses, fue desde entonces la costumbre a seguir, por eso, la reforma constitucional actual será la número 39 de nuestra historia.
            De ahí que cuando los miembros del Comité Político  del PLD, decidieron que lo que convenía a los intereses del partido era modificar la constitución, para que permitiera la reelección del Presidente Medina, eso les pareció el menor de los obstáculos.
            El Dr. Leonel Fernández en cambio, ha mostrado mas respeto por la constitución que la mayoría de nuestros gobernantes, pues como el mismo señalara, estando en el poder, en dos ocasiones rehusó modificarla, para permitir su reelección.
            Cuando entenderemos que la constitución no es un pedazo de papel, que puede modificarse de acuerdo a nuestros intereses, es difícil de predecir. Esperemos el año 2019.

           

 

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