lunes, 30 de abril de 2018


                                                HOSPITAL DR. JUAN E. KUNHARDT
                                                         
En realidad, el nombre del hospital que encabeza esta entrega todavía no existe, pero es el deseo de los montecristeños, .encabezados por uno que lo es de sentimiento, me refiero al Dr. Eucllides Gutierrez Felix, de que el actual Hospital Padre Fantino, reinaugurado y reequipado recientemente  por el Señor Presidente de la Republica, Lic Danilo Medina, reciba ese nombre.
El Padre Fantino fue un meritorio sacerdote que estuvo en Montecristi por .unos años, a partir de 1903, antes de irse a La Vega y luego al Santo Cerro, donde desplegó una extraordinaria labor pastoral, convirtiendo ese lugar  en un santuario nacional de la  Virgen de Las Mercedes. El Padre Francisco Fantino Falco falleció en 1939.
Montecristi puede recordar el tiempo que este ilustre  sacerdote estuvo allí, colocando su nombre a alguna calle o a una plazoleta, pero debe recordarlo. 
El Dr. Juan Enrique Kunhardt Oleaga (1918-2006) nació en San Fco de Macoris, llegó a Montecristi en 1945, poco después de graduarse de médico en la Universidad de Santo Domingo (actual UASD). Estuvo brevemente después de su graduación en el Hospital Rosa Duarte en Elías Piña. y desde allí vino a Montecristi, a ocupar transitoriamente la dirección del hospital y terminó quedándose en la Ciudad del Morro hasta su muerte,  61 años después.
Kunhardt era un hombre trabajador, servicial, amable con todos, director que vivía en la esquina frente al hospital y estaba de servicio practicamente las 24 horas del día. Nunca lo oí quejarse de que tenía exceso de trabajo.
Como estudiante de medicina que asistía al hospital, doy testimonio de que Kunhardt trataba a todos sus pacientes con la misma amabilidad, ya fuera la Comisionada Especial Fronteriza, Isabel Mayer, ya fuera el mas humilde de los habitantes del pueblo.
Era un medico clínico sagaz, hacía diagnósticos certeros con poca ayuda del laboratorio y ni hablar de su  habilidad quirúrgica.
Con un equipo de anestesia Ombredanne, usando éter de anestésico y con dos sets quirúrgicos de esa época, Kunhardt realizaba apendicectomías, colecistectomías, histerectomías, prostatectomías, cesáreas, reducía fracturas óseas y luego les ponía yeso.
En 1954, Trujillo construyó un nuevo hospital en los terrenos del antiguo  estadio de beisbol, Pedro Alejandro San, el cual tenía un grand stand de madera, que alojaba quizás 500 fanáticos y al nuevo hospital llegó un equipo de Rayos X. El fluroscopio de ese equipo se hizo famoso y de toda la región noroeste del país, venían pacientes a ponerse “los rayos” con Kunhardt.
Pero no solo venían pacientes por su cuenta, también médicos de la región le referían pacientes con diagnósticos difíciles, o que necesitaran alguna atención especial, o que se les realizara una intervención quirúrgica de urgencia, pues Kunhardt las realizaba a cualquier hora o día de la semana..
El prestigio de Kunhardt era tal,, que una vez jubilado en 1997, en su consultorio privado, el cual tenía instalado en su residencia,  todas las mañanas se veía la sala de espera atestada de pacientes.
Desparecida la tiranía trujillista, Kunhardt fue un personaje asediado por los nuevos políticos. Los políticos lo buscaron a el, el no los buscó a ellos. Fue hecho gobernador con rango de Secretario de Estado por el Dr. Joaquín Balaguer y así fue jubilado.
Kunhardt casó con la montecristeña Irma Grullón, con quién procreó 4 hijos, Eric, Janet, Rudy y Tania, quienes le proporcionaron varios nietos.
Eric llegó a ser un prominente físico de la NASA, la agencia norteamericana del espacio. Rudy se hizo médico como su padre y reside en los EEUUA. Janet y Tania son profesionales respetadas y formaron familia en nuestro país.
Que el recién remodelado hospital de Montecristi lleve el nombre de este prestigioso médico, es solo hacerle honor a la memoria de quien honor merece..


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