sábado, 22 de abril de 2017

Duarte XII

ESPECIAL PARA LA INFORMACIÓN                                          AYER Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com                JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (XII)
                                                                            Julio M. Rodriguez Grullón

FUNDADION DE LA TRINITARIA.-  (CONTINUACIÓN)
Terminado el juramento, los historiadores señalan que fue firmado por los presentes con su sangre obtenida de un pinchazo en un dedo y además agregándole a la firma una cruz, pues Duarte antes de leerlo le había entregado cada uno de los presentes su copia criptográfica
Y entonces Duarte, refiriéndose a  esa cruz dijo:
“No es la cruz signo de padecimiento; es el símbolo de la redención. Queda bajo su égida constituida la Trinitaria  y cada uno de sus nueve socios obligados a  reconstituirla, mientras exista uno,  hasta cumplir el voto que hacemos de redimir la Patria del poder de los haitianos.”
Parte del plan para evitar ser descubiertos, era que cada  trinitario tendría  su pseudónimo dentro  de la organización y también un color, así Duarte era Arístides y su color el azul, el de Pina era el rojo, Benito González era Leonídas, Felipe Alfau era Simón, Juan Nepomuceno  Ravelo era Temístocles y así  los demás. Tenían también toques en las puertas y señales para reconocerse en los sitios públicos
 Don Mariano Lebrón Saviñón, en su obra La Trinitaria, una publicación del Instituto Duartiano del año 2013, nos señala que de inmediato se incorporó al núcleo, un pequeño grupo de patriotas que fueron llamados comunicados y entre los cuales se encontraban:
Francisco del Rosario Sanchez, Ramón Matías Mella, Vicente Celestino Duarte, Fray José Antonio Bonilla, Pedro Pablo Bonilla, Padre Pedro Carrasco, Felix María del Monte, Tomás de la Concha, Pedro Antonio Bobea, Juan Nepomuceno Tejera, Epifanio Billini y Francisco Martinez de León.
Ulteriormente ingresaron otros, entre los que se encontraban: Antonio Duvergé, José María Imbert y Francisco Antonio Salcedo. Una vez fundada la Trinitaria, se otorgaron los grados jerárquicos.
Duarte fue nombrado General en Jefe de los Ejércitos de la Republica Dominicana y Director General de la Revolución y en ejercicio de estas funciones, designó Coroneles a Francisco del Rosario Sánchez, Juan Isidro Perez de la Paz, Pedro Alejandrino Pina, Ramón Matías Mella y Vicente Celestino Duarte. Ver obra señalada pag. 19. También nos dice Don Mariano, que Duarte para organizar su sociedad, tomó el simbolismo secreto de la masonería, sociedad que señala  ingresó en 1836, pero que según testimonio de Felix María del Monte, su mejor modelo fue la Conspiración de los Soles de América.
Pensamos que esta conspiración es la también llamada Conspiración de los Soles y Rayos de Bolivar, que tuvo lugar en La Habana en 1823, la cual tenía por objeto terminar con la dominación española en Cuba y que funcionaba bajo la cobertura de una logia masónica de allí.  Miembros prominentes de este movimiento fueron el poeta José María Heredia y el Coronel cubano José Francisco  Lemus, quien luchó junto a Bolívar contra los españoles.
Queremos hacer hincapié que la edad de los nueve trinitarios iniciales, oscilaba entre los 18 años  del mas joven, Pedro Alejandrino Pina, hasta los  27 del mas viejo, Benito González, quien era el único mayor que Duarte, quien tenía 25 años de edad en ese momento.
La empresa que iniciaron esos jóvenes  el día de Nta Señora del Carmen de 1838, era colosal y no todos ellos permanecieron fieles a los ideales del juramento. Había entre ellos el núcleo trinitario fuerte   de Duarte, Pina y Perez, que encabezaba realmente el movimiento y que  persistieron toda su vida en el ideal que juraron ese día. Los demás tuvieron actuaciones mas o menos destacadas y para que veamos lo difícil que es con frecuencia persistir en lograr unos ideales elevados, vamos a ofrecer sucintamente, en las próximas entregas,  resúmenes de la vida de los otros ocho, además de Duarte, que se reunieron en casa de Chepita Perez de la Paz, aquel memorable 16 de julio  de 1838.
Podemos adelantar que todos eran nacidos en Santo Domingo, amigos de Duarte y residentes, varios de ellos, del barrio de la Atarazana, lo que se aprovecha para algunos decir que los trinitarios iniciales eran simplemente unos blanquitos amigos de Duarte.
Bueno ¿y con quien sino con sus amigos, podía iniciar Duarte su obra, en el ambiente de temor hacia los haitianos que se vivía en esos días?



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