Duarte expide decretos
Julio M. Rodríguez
Julio M. Rodríguez | ACTUALIZADO 21.12.2018 - 7:55 pm
JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA (LXXIII)
Antes de que estallara la guerra restauradora, Duarte, ya en Caracas desde el 8 de agosto de 1862 y firmando como el Gral Duarte, Decano de los Fundadores de la República y Primer General en Jefe de sus Ejércitos, comenzó a expedir decretos, designando colaboradores en diversos cargos que consideraba indispensables, para organizar la lucha contra España. Para no delatar donde se encontraba y además, para animar a sus nuevos colaboradores, llamaba el sitio donde se originaban los decretos “Al pie de la Montaña, en el Valle de la Perseverancia”, siguiendo a la fecha en la que emitía el decreto, las palabras, “año 21 de la Independencia y 2do de la Restauración”.
Al demorarse en poder obtener los recursos imprescindibles para iniciar la guerra restauradora en el país y estallar esta guerra sin su intervención en Capotillo, el 16 de agosto de 1863, organizándose un mes después, un gobierno de la república en armas, aquí en Santiago, el consideró que seguir adjudicándose esos títulos sería un factor de división y por eso, a su carta escrita en Guayubín, el 28 de marzo de 1864, se pone a las ordenes del gobierno revolucionario y firma simplemente como el Gral Duarte.
Es interesante ver los colaboradores que se le unieron en estos días, cuando la dominicanidad estuvo eclipsada.
El primer colaborador que Duarte intentó atraerse, fue su compañero de célula trinitaria, Pedro Alejandrino Pina, expulsado del país por Santana, unos días antes que el, el 26 de agosto de 1844. Pina había seguido una trayectoria heroica.
La embarcación en la que fue expulsado junto a Sanchez, Mella y José Illás el “Capricorn”, encontró una tormenta y naufrago. Las pasajeros se salvaron y fueron a parar a Irlanda. Desde allí regresaron al Caribe. Pina regresó al país en 1848, al producirse la amnistía de Jimenes y había acompañado a Sanchez, cuando intentó abortar la anexión, mediante una expedición que vino por Haití. Se salvó .junto a Cabral al retirarse a tiempo y no pudo ser capturado por Santana. Luego se estableció en Coro, Venezuela.
El participó activamente en la revolución federalista y ahora que esa revolución había triunfado, ocupaba un cargo importante en esa ciudad. A diferencia de Duarte, había adoptado la ciudadanía venezolana. Pina sin embargo, padecía en esos días de serios quebrantos de salud y no pudo unirse a Duarte en su empresa de regresar a la Republica Dominicana.
Muy útil a Duarte en las tareas de esos días, fue el joven Manuel Rodriguez Objío, a quien Duarte designó Coronel de su estado mayor y su Secretario Particular y quien regresó con el por .Montecristi, en marzo de 1864. Fue Rodriguez Objío, quien triunfante la revolución federalista, puso a Duarte en contacto con su pariente el Gral Manuel E. Bruzual, (el soldado sin miedo). descendiente de dominicanos. Este militar era sobrino del Dr. Blas Bruzual, amigo de Duarte y fue en su presencia que Duarte se reunió con el militar. Bruzual llevó a Duarte donde el Gral Antonio Guzman Blanco y finalmente donde Crisóstomo Falcón, el nuevo líder del país, quien concedió la anhelada ayuda, dándole mil pesos fuertes a Duarte para su causa.
Importante fue también Franciso Saviñón, quien le había entregado una apreciable donación y a quien Duarte designó Coronel y su agente de negocios en Curazao e islas adyacentes, instruyéndolo de entenderse con Melitón y Manuel María Valverde, hijos del médico amigo desde su llegada desde Barcelona a Santo Domingo y con el ciudadano Manuel María Gautier.
A Juan Esteban Aybar y Mariano Antonio Cestero los designó segundos comandantes.
Otro colaborador importante lo fue el venezolano Dr. Felipe Larrazábal, propietario del periódico El Federalista, donde continuamente publicaba editoriales, crónicas y noticias favorables a la causa dominicana.
Antes de que estallara la guerra restauradora, Duarte, ya en Caracas desde el 8 de agosto de 1862 y firmando como el Gral Duarte, Decano de los Fundadores de la República y Primer General en Jefe de sus Ejércitos, comenzó a expedir decretos, designando colaboradores en diversos cargos que consideraba indispensables, para organizar la lucha contra España. Para no delatar donde se encontraba y además, para animar a sus nuevos colaboradores, llamaba el sitio donde se originaban los decretos “Al pie de la Montaña, en el Valle de la Perseverancia”, siguiendo a la fecha en la que emitía el decreto, las palabras, “año 21 de la Independencia y 2do de la Restauración”.
Al demorarse en poder obtener los recursos imprescindibles para iniciar la guerra restauradora en el país y estallar esta guerra sin su intervención en Capotillo, el 16 de agosto de 1863, organizándose un mes después, un gobierno de la república en armas, aquí en Santiago, el consideró que seguir adjudicándose esos títulos sería un factor de división y por eso, a su carta escrita en Guayubín, el 28 de marzo de 1864, se pone a las ordenes del gobierno revolucionario y firma simplemente como el Gral Duarte.
Es interesante ver los colaboradores que se le unieron en estos días, cuando la dominicanidad estuvo eclipsada.
El primer colaborador que Duarte intentó atraerse, fue su compañero de célula trinitaria, Pedro Alejandrino Pina, expulsado del país por Santana, unos días antes que el, el 26 de agosto de 1844. Pina había seguido una trayectoria heroica.
La embarcación en la que fue expulsado junto a Sanchez, Mella y José Illás el “Capricorn”, encontró una tormenta y naufrago. Las pasajeros se salvaron y fueron a parar a Irlanda. Desde allí regresaron al Caribe. Pina regresó al país en 1848, al producirse la amnistía de Jimenes y había acompañado a Sanchez, cuando intentó abortar la anexión, mediante una expedición que vino por Haití. Se salvó .junto a Cabral al retirarse a tiempo y no pudo ser capturado por Santana. Luego se estableció en Coro, Venezuela.
El participó activamente en la revolución federalista y ahora que esa revolución había triunfado, ocupaba un cargo importante en esa ciudad. A diferencia de Duarte, había adoptado la ciudadanía venezolana. Pina sin embargo, padecía en esos días de serios quebrantos de salud y no pudo unirse a Duarte en su empresa de regresar a la Republica Dominicana.
Muy útil a Duarte en las tareas de esos días, fue el joven Manuel Rodriguez Objío, a quien Duarte designó Coronel de su estado mayor y su Secretario Particular y quien regresó con el por .Montecristi, en marzo de 1864. Fue Rodriguez Objío, quien triunfante la revolución federalista, puso a Duarte en contacto con su pariente el Gral Manuel E. Bruzual, (el soldado sin miedo). descendiente de dominicanos. Este militar era sobrino del Dr. Blas Bruzual, amigo de Duarte y fue en su presencia que Duarte se reunió con el militar. Bruzual llevó a Duarte donde el Gral Antonio Guzman Blanco y finalmente donde Crisóstomo Falcón, el nuevo líder del país, quien concedió la anhelada ayuda, dándole mil pesos fuertes a Duarte para su causa.
Importante fue también Franciso Saviñón, quien le había entregado una apreciable donación y a quien Duarte designó Coronel y su agente de negocios en Curazao e islas adyacentes, instruyéndolo de entenderse con Melitón y Manuel María Valverde, hijos del médico amigo desde su llegada desde Barcelona a Santo Domingo y con el ciudadano Manuel María Gautier.
A Juan Esteban Aybar y Mariano Antonio Cestero los designó segundos comandantes.
Otro colaborador importante lo fue el venezolano Dr. Felipe Larrazábal, propietario del periódico El Federalista, donde continuamente publicaba editoriales, crónicas y noticias favorables a la causa dominicana.
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