ESPECIAL
PARA LA INFORMACION AYER
Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU OBRA
(LXXIII)
Julio M.
Rodriguez Grullón
LA
MASONERIA AYUDA A DUARTE EN ALEMANIA
En
el trayecto a Alemania, que tuvo una duración de 46 días, al parecer por
paradas comerciales del bergantín que los llevaba, Duarte se recuperó por el momento de sus
fiebres y en esa ciudad se hospedó en una casa de huéspedes, situada frente al muelle de la ciudad.
Esa construcción ya no existe, pero
lo cierto es que el ambiente era muy parecido al de la atarazana en Santo
Domingo, donde estaba ubicado el negocio
de su padre donde el laboró desde que
era un jovencito, por lo que debió
sentirse familiarizado con lo que
allí ocurría.
Estaban
a finales de octubre y para los habituados al clima tropical como Juan Isidro
Perez y los hermanos Richiez, este frio era insoportable, por lo que cuatro
días después le su llegada le dijeron a Duarte que ellos se marchaban a un
ambiente mas caluroso y salieron hacia Saint Thomas en la primera embarcación
que pudieron, .dejándolo solo.
Duarte
quien había pasado dos inviernos en Barcelona toleraba mejor la temperatura.
Al
verse solo, Duarte, quien había apreciado la presencia de logias en la ciudad,
se presentó en una de ellas enseñando sus credenciales como miembro de la logia
Constante Unión de Santo Domingo. La acogida que tuvo fue más que calurosa.
Se
le invitó a un banquete el día 5 de noviembre y en el se le dio una cordial
bienvenida. Aunque Duarte no hablaba alemán,
el sabía francés e inglés y con esos idiomas pudo entenderse con sus compañeros
masones, quienes lo pasearon por la ciudad y le hicieron sentirse bien. Hasta
relaciones con el sexo opuesto tuvo el patricio y es la única vez que en sus
notas, que no se perdieron como las de Venezuela, se refiere a este tema y en
ellas señaló lo siguiente:
“Debo
a la sociedad hamburguesa, o si se quiere
a su aristocracia, muchas pruebas de estimación y respeto; al considerar que
estaba sufriendo por mi patria, me atrajo muchas simpatías, hasta en el bello
sexo. Las hamburguesas son afables, pero lo que las hace mas amables, es que unen la afabilidad
con el decoro.”
Debido
a la parquedad de Duarte al respecto, que nunca se refirió en sus escritos a
sus novias dominicanas, Marieta Bobadlla o Prudencia Lluberes, es fácil pensar
que algún consuelo recibió en aquel frio, que lo haría mas llevadero.
Duarte
también al parecer dió informaciones a la prensa de la ciudad sobre los
acontecimientos independentistas en Santo Domingo.
Pero
le era imposible obtener trabajo en esa ciudad, por lo que a finales de
noviembre, decidió regresar hacia el Caribe, con la intención de regresar a Venezuela,
donde facilmente encontraría como ganarse la vida. Así que se despidió de sus
amistades alemanas y el 30 de noviembre emprendió viaje de regreso hacia Saint
Thomas, donde llegaría la noche buena de aquel 1844, después de una travesía que esta vez tuvo una duración de unas tres semanas.
La
presencia de Duarte tan cerca de Santo Domingo, motivó una serie de situaciones
que afectarían su conducta por los próximos años, fiel a su convicción de que
el no sería manzana de la discordia
entre dominicanos y mucho menos que se produjera derramamiento de sangre por su
culpa.
Su
altruismo le produjo una reacción de
aversión en sus reuniones con los dominicanos que encontró en la isla, quienes
habían sido exiliados por Santana, pues cuando se reunía con ellos, comprobaba
que sus intereses personales, estaban por encima de los colectivos de la
patria. . La noticia de esas reuniones llegaban a Santana, quien pensaba que se trataba
de conspiraciones en su contra y esto lo puso en un estado de ánimo, de dar una
demostración de hasta donde podía llegar para mantenerse en el poder.
Así las cosas, en febrero de 1845,
se descubrió una conspiración en Santo Domingo contra Santana, en la que estaba involucrada
María Trinidad Sanchez .
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