ESPECIAL
PARA LA INFORMACION AYER Y
HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com DUARTE IL
Julio M. Rodriguez Grullón
DUARTE NO VISITA A SAINT DENYS.-
Para
comprender mejor lo ocurrido en los primeros días, críticos para el desarrollo
de la naciente Republica Dominicana, es muy instructivo leerse la
correspondencia del cónsul Saint Denys, ya sea con el canciller frances Guizot
en Paris, el consul Levasseur en Puerto Príncipe o el Almirante De Moges, comandante de la flota
francesa en el Caribe en esos días, que tenía su cuartel general en Martinica y
poseía varias corbetas y fragatas que
viajaban constantemente entre Puerto Principe, Santo Domingo y Martinica.
Esa
correspondencia está disponible en el Archivo General de la Nación (AGN)
desde 1996, recopilada por Emilio Rodriguez Demorizi y traducida por
Mu-Kien Adriana Sang
La
llegada de Duarte y el hecho de que no fue a saludar, ni ponerse a las ordenes
del cónsul Saint Denys, fue la primera señal de que el recién llegado líder
nacionalista, no estaba de acuerdo con la misión del cónsul, de obtener un protectorado
francés, sobre la nueva república, recibiendo como recompensa a Samaná.
Esto es un dato muy importante, porque hasta ese momento según carta de Saint
Denys a Guizot del 6 de marzo de 1844, los miembros mas influyentes de la Junta
Central Gubernativa (entiéndase Bobadilla), no hacían nada sin consultarle
oficiosamente su consejo. Pero para cuando Duarte llegó, el Plan Levasseur estaba ya bien
encaminado.
Bobadilla
se había asegurado de que personas identificadas con el plan, ocuparan
posiciones claves en el nuevo país, comenzando por el mismo y los mellizos Santana.
Después
de reponerse de su sorpresa, de que Sanchez fuera designado Presidente de la
Junta Central Gubernativa (JCG) la noche
del 27 de febrero, el logró al día siguiente, convencerlo de que era preferible
de que el (Bobadilla), ocupara esa posición y Sanchez se la cedió sin muchas objeciones..
Bobadilla
tenía arreglado que Pedro Santana fuera el jefe del ejército que enfrentara a
los haitianos en el sur y 800 hateros vinieron
del Seibo, bajo las ordenes del que se consideraba un señor feudal en esa
región, al darse el grito independentista del 27 de febrero.
Saint
Denys reportó, que desde que llegó a Santo Domingo, Santana se presentó a su
consulado, a ponerse a las ordenes de Francia y el 13 de marzo, dos días antes
del desembarco de Duarte, había partido para Azua, implicado ya en el plan
Levasseur. Saint Denys, en toda su correspondencia, solo utiliza términos elogiosos al
referirse a el.
Santana,
camino de Azua, el 17 de marzo de 1844, envió una correspondencia a Santo
Domingo, a un personaje que va a tomar importancia en estos días, el Señor
Abraham Coén, solicitándole que influyera en Saint Denys, para obtener tropas
francesas y ponerlas a sus ordenes y le
asegurara al cónsul , que cumpliría
totalmente y a su satisfacción, la propuesta del protectorado francés que
habían convenido.
Coén
era un rico comerciante judío, que
quería establecer negocios en un mercado importante como era esta isla; sin
embargo, las leyes de los haitianos, de
que solo los negros podían dedicarse a estas
actividades, lo obligaban a valerse de testaferros para sus actividades. Coén era por tanto,
pro-dominicano.
Recordemos
que los judíos, por siglos estuvieron prohibidos de aparecerse por las posesiones
españolas o portuguesas en el mundo, pues España y Portugal fueron coronas siempre
fieles al Papa y su teocracia. Ahora,
al desmoronarse el imperio
español en el Siglo XIX, ellos querían
introducirse en estas naciones, para realizar sus actividades
mercantiles.
Mientras
estas cosas ocurrían en nuestro territorio, en Haití, Herard había logrado que
el 4 de marzo el congreso emitiera un
decreto, autorizándolo a movilizar al pueblo haitiano y organizar rápidamente
un ejército que el pretendía fuera de de 30 mil hombres, para someter de muevo
a los dominicanos bajo el yugo haitiano, antes de que pudiéramos recibir ayuda
desde el exterior. Pero un ejército de esta magnitud, no podía organizarse tan
rápidamente. Herard entró al territorio dominicano al frente de unos siete mil
hombres, según estimó De Moges en carta enviada a Saint Denys el 2 de abril de
1844.
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