ESPECIAL PARA LA
INFORMACIÓN AYER
Y HOY
articulosdeopinion2004@yahoo.com JUAN PABLO DUARTE. SU VIDA Y SU
OBRA
(XII)
Julio M. Rodriguez Grullón
FUNDADION
DE LA TRINITARIA.- (CONTINUACIÓN)
Terminado
el juramento, los historiadores señalan que fue firmado por los presentes con
su sangre obtenida de un pinchazo en un dedo y además agregándole a la firma
una cruz, pues Duarte antes de leerlo le había entregado cada uno de los
presentes su copia criptográfica
Y
entonces Duarte, refiriéndose a esa cruz
dijo:
“No
es la cruz signo de padecimiento; es el símbolo de la redención. Queda bajo su
égida constituida la Trinitaria y cada
uno de sus nueve socios obligados a
reconstituirla, mientras exista uno,
hasta cumplir el voto que hacemos de redimir la Patria del poder de los
haitianos.”
Parte
del plan para evitar ser descubiertos, era que cada trinitario tendría su pseudónimo dentro de la organización y también un color, así
Duarte era Arístides y su color el azul, el de Pina era el rojo, Benito
González era Leonídas, Felipe Alfau era Simón, Juan Nepomuceno Ravelo era Temístocles y así los demás. Tenían también toques en las
puertas y señales para reconocerse en los sitios públicos
Don Mariano Lebrón Saviñón, en su obra La
Trinitaria, una publicación del Instituto Duartiano del año 2013, nos señala
que de inmediato se incorporó al núcleo, un pequeño grupo de patriotas que
fueron llamados comunicados y entre los cuales se encontraban:
Francisco
del Rosario Sanchez, Ramón Matías Mella, Vicente Celestino Duarte, Fray José
Antonio Bonilla, Pedro Pablo Bonilla, Padre Pedro Carrasco, Felix María del
Monte, Tomás de la Concha, Pedro Antonio Bobea, Juan Nepomuceno Tejera, Epifanio
Billini y Francisco Martinez de León.
Ulteriormente
ingresaron otros, entre los que se encontraban: Antonio Duvergé, José María
Imbert y Francisco Antonio Salcedo. Una vez fundada la Trinitaria, se otorgaron
los grados jerárquicos.
Duarte
fue nombrado General en Jefe de los Ejércitos de la Republica Dominicana y
Director General de la Revolución y en ejercicio de estas funciones, designó
Coroneles a Francisco del Rosario Sánchez, Juan Isidro Perez de la Paz, Pedro
Alejandrino Pina, Ramón Matías Mella y Vicente Celestino Duarte. Ver obra
señalada pag. 19. También nos dice Don Mariano, que Duarte para organizar su
sociedad, tomó el simbolismo secreto de la masonería, sociedad que señala ingresó en 1836, pero que según testimonio de
Felix María del Monte, su mejor modelo fue la Conspiración de los Soles de
América.
Pensamos
que esta conspiración es la también llamada Conspiración de los Soles y Rayos
de Bolivar, que tuvo lugar en La Habana en 1823, la cual tenía por objeto
terminar con la dominación española en Cuba y que funcionaba bajo la cobertura
de una logia masónica de allí. Miembros
prominentes de este movimiento fueron el poeta José María Heredia y el Coronel
cubano José Francisco Lemus, quien luchó
junto a Bolívar contra los españoles.
Queremos
hacer hincapié que la edad de los nueve trinitarios iniciales, oscilaba entre
los 18 años del mas joven, Pedro
Alejandrino Pina, hasta los 27 del mas
viejo, Benito González, quien era el único mayor que Duarte, quien tenía 25
años de edad en ese momento.
La
empresa que iniciaron esos jóvenes el
día de Nta Señora del Carmen de 1838, era colosal y no todos ellos
permanecieron fieles a los ideales del juramento. Había entre ellos el núcleo
trinitario fuerte de Duarte, Pina y
Perez, que encabezaba realmente el movimiento y que persistieron toda su vida en el ideal que
juraron ese día. Los demás tuvieron actuaciones mas o menos destacadas y para
que veamos lo difícil que es con frecuencia persistir en lograr unos ideales
elevados, vamos a ofrecer sucintamente, en las próximas entregas, resúmenes de la vida de los otros ocho, además
de Duarte, que se reunieron en casa de Chepita Perez de la Paz, aquel memorable
16 de julio de 1838.
Podemos
adelantar que todos eran nacidos en Santo Domingo, amigos de Duarte y
residentes, varios de ellos, del barrio de la Atarazana, lo que se aprovecha
para algunos decir que los trinitarios iniciales eran simplemente unos
blanquitos amigos de Duarte.
Bueno
¿y con quien sino con sus amigos, podía iniciar Duarte su obra, en el ambiente
de temor hacia los haitianos que se vivía en esos días?
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