Especial
para la Informacion AYER Y HOY
LA
DEMOCRATIZACION DE LA TEOCRACIA CRISTIANA
Julio M. Rodriguez Grullón
Para
los siglos XVI y XVII, Europa era una teocracia, donde el Papa era la máxima
autoridad política y religiosa a la vez y donde el mayor delito contra el
estado era declararse hereje o no creyente, lo que acarreaba grandes penas,
inclusive ser quemado en una hoguera.
Esto
no era lo que había predicado Cristo.
Las
últimas instrucciones que este le dió a sus discípulos, según Marcos fueron
estas:
“Id por todo el mundo: predicad el evangelio a todas las
criaturas. El que creyere y se bautice
se salvará: pero el que no creyere será condenado. “Marcos 16 (16-17)”
De
este pasaje bíblico se deducen varias cosas, la 1ra es que todo el que escuche
el evangelio no lo tiene que creer, la
2da es que Jesús no dijo que a esos no creyentes había que hacerles nada en
este mundo, se limitó a decir que se condenarán, obviamente, en el otro mundo.
Lo
que está claro es que en toda sociedad debe haber libertad para predicar publicamente el evangelio y que
los cristianos deben combatir la
sociedad donde esto no sea permitido. Si el gobierno de un país se declara
laico, esto es independiente de toda organización o confesión religiosa, pero
permite que el evangelio se predique por
los medios de comunicación de masas, no contradice a Marcos.
El
estado es para todos, creyentes y no creyentes o creyentes de otras religiones no cristianas , lo que tiene que garantizar el
estado es libertad de expresión.
Ya
en el Siglo XIII, Tomás de Aquino había dicho en sus comentarios a las cartas
de Pedro Lombardo, que en lo concerniente a las cosas civiles, había que obedecer
a la autoridad temporal y no a la
autoridad religiosa. (Aquinas Selected
Political Writngs. Basil Blackwell Oxford, 1959, page 187)
El
ilustre pensador se adelantó cinco siglos a los enciclopedistas europeos y claramente separó Iglesia de Estado, aunque
en ese aspecto no le hicieron caso y en los Seminarios de esto no se les dice
nada a
los seminaristas. De Aquino solo se les habla de la Suma Theológica.
No
es extraño que las colonias británicas de America del Norte, al estar libres de
la influencia del Papa, fueran terreno fértil para las enseñanzas de los enciclopedistas y que la separación de
iglesia y estado se estableciera allí,
desde los inicios de su vida política independiente.
Para
mi iglesia católica, esa ha sido una píldora muy difícil de tragar y después de la paz de Westfalia (1648), que
puso fin a las guerras religiosas en Europa y donde el Papa tuvo que ceder la predominancia
política a los príncipes de sus países, vinieron los
concordatos, para asegurarse que el estado seguía siendo católico.
En
el Concilio Vaticano II, en 1965, el documento Gaudium et spes, en su acápite
76, dice que la Iglesia y el Estado son
independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Está claro que el
estado en lo temporal y la Iglesia en lo espiritual
Entre
nosotros, aún tiene vigencia uno de esos pactos anacrónicos, firmado con un
tirano sangriento y que yo pienso la Iglesia debe ser la primera en querer anular
y que se olviden esos tiempos. Ella no fue cómplice de los crímenes de
Trujillo; se le echa en cara que no fue sino al final de la tiranía cuando los denunció. El concordato debe ser
reemplazado, por una ley que regule las relaciones de la Iglesia Católica con
el Estado dominicano.
Esta
oposición a la separación de Iglesia y Estado, es lo que subyace en el antagonismo católico y la masonería, que fue la gran propagadora
de la democracia y por lo que los libertadores americanos, comenzando por
George Washington y siguiendo con Bolivar, San Martin, Duarte, Martí, Máximo
Gómez y los demás, eran masones.
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