articulosdeopinion2004@yahoo.com UN MITIN ANTICOMUNISTA
Julio M. Rodriguez Grullón
Al termino del mes de junio de 1965 la revolución constitucionalista
que se había iniciado en abril, era el foco de la atención mundial y había provocado
una situación embarazosa para el Pte Johnson en Washington.
Así las cosas, a principios de julio de 1965, se presentaron
a mi casa, los miembros de una comisión que estaba organizando un mitin anticomunista en Montecristi, para solicitarme que agotara un turno como
orador en ese mitin. Ellos enfatizaban que no era un mitin contra la revolución,
sino solamente un mitin anticomunista.
Les
dije que agradecía la distinción que se me hacía, pero que yo consideraba que
no era el momento de llevar a cabo
ningún tipo de mitin y que declinaba la invitación.
El
mitin tuvo lugar un domingo, en horas de
la mañana, en el parque donde actualmente se encuentra la estatua de Manolo
Tavarez; fue boicoteado en su
transmisión radial y su sistema de altoparlantes, hubo
una lluvia de piedras sobre los
asistentes, la policía intervino y se
oyeron disparos, aunque afortunadamente
no hubo muertos ni heridos que lamentar. Un grupo de jóvenes quedaron
detenidos.
En
la tarde, los padres de algunos de los jóvenes detenidos se presentaron a mi
casa, a pedirme que junto con el Padre Santos Gamuza, de la orden de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María, quien era el párroco de Montecristi solicitáramos al Coronel de la Policía, que
soltara a los jóvenes detenidos.
El
padre Santos Gamuza (murió en un accidente automovilístico un par de años
después) era mu querido, pues tenía ya varios años al frente de la parroquia y
había realizado numerosas obras en beneficio
de los pobres del pueblo. Yo mantenía una estrecha relación con el, pues me había encargado de asesorarle la Juventud
Estudiantil Católica (JEC). Algunos de los jóvenes detenidos pertenecían a la
JEC. Así que le dije que si a los padres y en mi vehículo salí a buscar el
Padre; lo encontré, le dije lo que ocurría y estuvo de acuerdo en que visitáramos
al Coronel de la Policía a quien
llamamos por teléfono y accedió recibirnos.
Le
dijimos al Coronel que nosotros pensábamos que ese mitin había sido una
imprudencia, que la situación nacional no estaba para ese tipo de actividades y
que ahora, mantener ese grupo de jóvenes detenidos solo iba a poner un
ingrediente de tensión en el pueblo y a provocar manifestaciones de protesta
por su arresto.
El
Coronel nos escuchó atentamente y cuando terminamos nos dijo que estaba de
acuerdo con nosotros y que iba a
soltar los jóvenes detenidos, lo cual
hizo un par de horas después de nuestra partida de su despacho.
En
Santo Domingo mientras tanto, las negociaciones para terminar el conflicto no
avanzaban, así que a mediados de julio, la llamada Fuerza Interamericana de
Paz, en realidad una máscara puesta por la Organización de Estados Americanos
(OEA) a las fuerzas interventoras norteamericanas en el país, realizaron una
ofensiva que estrechó mas aun el cerco sobre las fuerzas constitucionalistas y
que al parecer convencieron a los mas recalcitrantes seguidores de Caamaño, que
había llegado el momento de negociar
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