articulosdeopinion2004@yahoo.com MI QUINTO VIAJE A CUBA
(IV)
Julio M.
Rodríguez Grullón
Lunes 24.-
Llevo
a David y Mike al aeropuerto en un Chevrolet “convertible” del 52. En realidad
un carro de ese año al que le habían quitado el techo. Si llovía nos hubiéramos
mojado. Ellos gozaron un mundo este viaje. Me junto con mi maleta y mi pasta de
dientes. Luego voy a Varadero y disfruto de esa maravillosa playa
Hasta
ahora, ni en el resto de mi estadía vimos un tapón en el tránsito. Hay pocos
vehículos circulando y todo está muy ordenado y limpio.
Nos
enteramos que el sueldo de un obrero oscila entre 25 y 30 dólares al mes
También que la famosa tarjeta de racionamiento ya solo se usa para algunos
alimentos. Los demas hay que buscarlos por la libre, pero con los sueldos tan bajos,
no es mucho lo que se puede conseguir.
.
Regreso al Hotel Nacional y en la noche voy al show del Parisién que me gustó.
Martes 25.-
Tengo
que comprar mi boleto aéreo La Habana-Santiago y en el hotel no lo venden. Debo
ir a una oficina de Cubana ubicada algunas cuadras hacia el malecón. Cuando me
acerco a la que creo es la oficina, un señor me dice que para boletos al interior,
debo ir a otra oficina cercana y al acercarme a esta, veo el letrero de Radio Progreso.
Una oleada de nostalgia me invade, sobre los grandes programas que desde su
estudio oía en Montecristi, a principios de los década de 1950 y decido ver si
puedo echarle un vistazo a este estudio, para mi histórico, de “la onda de la alegría”.
El
estudio está en la segunda planta y no puedo subir, pues una guardiana me dice
necesito un permiso. Voy entonces a la oficina de boletos para el interior de
Cubana, pero está llena de personas en un cuarto caluroso y el guardián me dice
que tengo que hacer fila afuera en la acera. Diez minutos pasan y no sale el
guardián, entro de nuevo y al entrar me
topo con una empleada, que me dice que yo pago con CUC y por lo tanto
debo ir a la oficina donde iba originalmente. Allí encuentro aire acondicionado,
no hay cola y compro mi boleto para el día siguiente regresar a Santiago en un
momento.
El
contraste entre la oficina de cubana donde se paga en pesos cubanos y la que se
paga con CUC es asombroso. Son dos mundos
diferentes.
Ese
día voy a Santa Clara a conocer el monumento
al Che Guevara. Santa Clara está a 270 Km de La Habana, así que en la piquera del
Hotel escojo un Mercedes Benz del año, con aire acondicionado, un vehículo de
renta como llaman los cubanos.
Tomamos
la carretera ocho vías y hacemos el trayecto en una hora cincuenta minutos. El
tráfico ligero, la tremenda recta de mas de cien kilómetros y el vehículo bueno, se combinaron para esta rápida travesía.
El
monumento al Che es impresionante. Su tumba está en un sótano del monumento. Después visité el
parque donde está el tren militar cargado de pertrechos y soldados que fue
descarrilado y capturado por el Che, el 29 de diciembre de 1958, lo que
determinó la caída de Batista. Almorzamos
en Santa Clara en un paladar, con buena comida y sin moscas esta vez.
Regreso
a La Habana y se repite el viaje rápido por la carretera de ocho vías.
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