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LINA LOVATON, REINA DEL CARNAVAL DE LA CAPITAL
Julio M. Rodriguez Grullón
En la capital de la republica llamada oficialmente desde enero de 1936 Ciudad Trujillo (y así la seguiremos llamando mientras estemos narrando hechos ocurridos entre 1936 y 1961), la alta sociedad tenía la costumbre de a principios de año, celebrar un fastuoso carnaval, con fiestas que culminaban con un desfile de carrozas, donde se la lucia una reina elegida cada año y su corte. En 1937 fue elegida reina, Lina Lovatón Pittaluga, de la que se enamoró perdidamente Trujillo.
El jefe la conocía desde antes de ser reina, pues Lina era amiga de su hija Flor de Oro y la había acompañado cuatro años antes a unas vacaciones, en una casa veraniega que poseía Trujillo en San José de las Matas y que visitaba con frecuencia en esos años. Lina acompañaba a Flor de Oro en esas vacaciones, que fue cuando se inició su romance con Rubirosa.
Lina, para vergüenza de su familia, accedió al cortejo de Trujillo y por un momento parecía como que este se divorciaría de María Martínez para casarse con ella.
Pero María Martínez y Trujillo eran tal para cual. Irritada por este romance que Trujillo llevaba a cabo sin ningún miramiento, la “españolita” le hizo la vida imposible a Lina, que temiendo por su seguridad personal, tuvo que abandonar el país y radicarse en Miami. Desde allí viajaba clandestinamente a Ciudad Trujillo, a sus citas con Trujillo, quien se juntaba también con ella, cuando viajaba a Estados Unidos, aunque no fuera a Miami, pues Lina se trasladaba a la ciudad donde el estuviera ubicado.
Para 1937 Trujillo contaba 46 años de edad y su vida sexual era hiperactiva. Basta señalar que en 1939 le nacieron tres hijos con solo algunos meses de diferencia, Angelita, con su esposa María Martínez, Odette con su ex-esposa Bienvenida Ricardo y Yolanda con su amante Lina.
En total Trujillo reconoció nueve hijos, la mayor, Flor de Oro, producto de su primer matrimonio con Aminta Ledesma, Ramfis, Angelita y Radhames con su tercera esposa Maria Martinez, Ramfis había nacido en 1929, cuando la Martinez era amante de Trujillo y fue mediante este hijo, que ella logró desplazar a Bienvenida como primera dama, pues Bienvenida, después de ocho años de matrimonio, no le proporcionaba un hijo a Trujillo. Paradojicamente, Bienvenida, después del divorcio, concibió a Odette. Con Lina, Trujillo tuvo a Yolanda y Rafael. Además procreó a las menos conocidas Elsa Julia y Bernardette, hijas de madres diferentes.
Pero eso era solo la punta del témpano de hielo (iceberg).
Lo cierto es que “El Jefe” era un hombre de un apetito sexual insaciable. Numerosas personas, conocedoras de esta realidad, procuraban ganarse su favor, haciendo el papel de celestinos, poniendo a su disposición jóvenes que consideraban atractivas.
Una de las características degradantes de la Era de Trujillo.
La casa de Caoba, en su finca Fundación, que se iniciaba en las afueras de San Cristobal, era el sitio habitual donde realizaba sus lances amorosos.
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