Especial para LA INFORMACION AYER Y HOY
Julio
M. Rodríguez Grullón
Con el surgimiento
del extremismo musulmán, encarnado en sus sectas yihadistas, que están
conmocionando el mundo con sus ataques
terroristas indiscriminados hacia la población civil, los llamados “soft
targets”, se ha renovado el interés en este tema..
El Cristianismo
siempre ha predicado que la vida es sagrada, que es un regalo de Dios, pues
ninguno de nosotros pidió ser creado y Dios nos la dió, para que si
voluntariamente cumplimos sus
mandamientos, podamos desde el momento en que el alma deja el cuerpo, que es lo
que llamamos muerte, esa alma pase a disfrutar de la gloria de su compañía.
Es por eso que el
cristianismo se opone al aborto y también al suicidio. Esta es la razón por la
que en la cultura occidental, que lo tiene como base, no vemos los ataques
suicidas de fanáticos religiosos que creen van a la gloria, porque mueren
cumpliendo una misión que va a contribuir al engrandecimiento de su religión.
. El fanático
religioso cristiano jamás agrede a nadie, es el ser mas inofensivo hacia sus semejantes
que existe, solo les desea el bien, el no considera que la violencia es la
forma de propagar su fe y ni siquiera piensa, que si alguien no la adopta, debe ser eliminado.
Lo que siempre ha
dado problemas dentro del cristianismo, es su relación con el estado.
Desde el año 800, hasta el 1648, el cristianismo
fue una teocracia. En el siglo XVI, producto de las acusaciones de Lutero, de
corrupción en el manejo de las indulgencias, se originaron guerras religiosas
en su seno, olvidándose los cristianos
de la enseñanza de su maestro, de amarse los unos a los otros y el resultado
de estas guerras fue romper la unidad cristiana, el surgimiento de nuevas
teorías de como salvar el alma y posteriormente, los enciclopedistas abogar por
la separación de Iglesia y Estado, idea que cristalizó en abril de 1789, cuando
se organizó el gobierno de los Estados Unidos de América, antiguas colonias
británicas, con la toma de posesión de George Washington en la Presidencia y
con el mantenimiento de este sistema de forma ininterrumpida desde entonces. En
julio de ese año, ocurrió en Francia, de forma tumultuosa, el avenimiento de
esas ideas al gobierno, pero el clima de violencia generado, hizo que los principios
decayeran y surgiera un Emperador, en la persona de Napoleón Bonaparte.
Lo mas curioso de
todo es, que seis siglos antes, ya Tomas
de Aquino, (1225-1274) había señalado que el gobierno temporal debía estar
separado del espiritual, que el mejor gobierno era el de un rey con controles,
para evitar que cometiera abusos (monarquía constitucional) y agregando que el
bautizo, hacía al hombre, libre del pecado y de la esclavitud.
Entre musulmánes, estas ideas no han florecido.
Se sigue creyendo en la teocracia, algo que existe en Irán a las claras y en los
demás países en forma mas o menos solapada. Asimismo los musulmanes, divididos
en shiítas y sunitas, están enfrascados en una guerra religiosa de siglos, a la
cual no se le vislumbra todavía fin.
Pero lo que justifica
a los yihadistas es que Mahoma, a diferencia de Cristo, no descartó la violencia
como forma de expandir sus enseñanzas y de que el guerrero que caía en en una
batalla con ese fin, tenía su gloria asegurada
y que los musulmanes triunfantes en esa batalla, tenían derecho a tomar para si,
los despojos de los vencidos.
Los cristianos
enfrentaron militarmente a los musulmanes con las cruzadas, (1095-1270). y nueva
vez parece que el mundo va camino de un
enfrentamiento entre los militantes de estas
dos religiones, que son las predominantes en su población.
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